80 aniversario luctuoso

Edvard Munch sigue reflejando el dolor y desesperanza de la sociedad

Ragnhild Imerslund, embajadora de Noruega en México, expresa a La Razón su interés por organizar una magna exposición dedicada al precursor del expresionismo; es autor del célebre cuadro El Grito

Autorretrato con cigarrillo, 1895.
Autorretrato con cigarrillo, 1895.

A80 años de su muerte, las obras del pintor noruego Edvard Munch continúan siendo reflejo de la sociedad actual, pues similar a la época en la que vivió, hay incertidumbre, conflictos bélicos y la humanidad se enfrentó a una pandemia. “Los temas existencialistas no tienen tiempo limitado, llaman la atención en cualquier momento y a todo ser humano”, comentó a La Razón la embajadora de Noruega en México, Ragnhild Imerslund.

En lo anterior coincidió la historiadora de arte Veka Duncan, quien señaló: “Habla de una desesperanza de su momento histórico, pero que sigue vigente hoy en día. Se perdió un poco la idea de que había una certeza en el Estado, en la sociedad, en las instituciones y todo se desmonta con acontecimientos históricos como la Primera y la Segunda Guerra Mundial”.

Lo social no sólo fue lo único que atravesó la obra del artista, sino también sus vivencias personales, la muerte de su madre y hermana. “En sus obras hay mucho drama y de los más importantes sentimientos humanos, como el amor, el dolor, la belleza, la soledad, cosas muy esenciales que todos reconocemos”, apuntó Ragnhild Imerslund.

Para la historiadora del arte, Veka Duncan, el precursor del expresionismo también “conecta con el público de una manera muy emocional, puede estar inspirada es sus propias experiencias de la muerte y la enfermedad, toca temas como la angustia, la soledad, el dolor, que finalmente son cosas con las que cualquier persona se puede vincular emocional y afectivamente ”, comentó Dunkan a La Razón.

Su cuadro más famoso, El Grito, es uno de los más reconocidos del mundo. La expresión de terror de la figura central se convirtió en un ícono de la cultura popular. Para Ragnhild Imerslund, el cuadro “es muy fuerte, cuando lo ves no te quedas tranquilo, quieres darte la vuelta, es un dolor que sobresale de la pintura, sientes el poder de la obra y que hay una fuerza dentro de ésta que no se puede ignorar”.

Al margen de la popularidad de El Grito, lienzos como Niña Enferma o El Beso también son mordaces, Munch expresa sentimientos de dolor. “Estas obras son muy personales, igual nos impactan y nos hacen sentir que estamos entrando en una zona muy íntima, donde casi tienes que bajar la voz ante el dolor y el trauma”, comentó Imerslund.

Otro paralelismo con la sociedad actual que encuentra Veka Duncan es que el pintor también vivió en carne propia una pandemia, la de la influenza española en 1918. Fue uno de los pocos que documentó su enfermedad. “Es uno de esos artistas al que durante la crisis sanitaria por el Covid-19 recurrimos para tener claves de cómo enfrentarnos a eso, muchos creadores tuvieron experiencias de enfermedad y encierro, pero Munch siempre va a destacar, porque produjo obra durante su confinamiento.”, explicó la historiadora.

La relevancia de Munch y la obra que heredó fueron detonantes del movimiento expresionista en Alemania y, al mismo tiempo, influyó en los creadores mexicanos que viajaron a Europa durante el siglo XX y se empaparon de las vanguardias que se desarrollaban en ese momento. Por ese motivo, la embajadora de Noruega en nuestro país, Ragnhild Imerslund, consideró necesario lograr una magna exhibición en tierra azteca. “Me encantaría buscarlo, tener una exposición mayor para que los mexicanos conozcan más de sus piezas y cómo influyó en artistas de esta nación”, dijo. La última muestra dedicada al pintor fue en 2012, en el Palacio de Bellas Artes, la cual incluyó a Vasily Kandinsky y Oskar Kokoshka.

Edvard Munch sigue reflejando el dolor y desesperanza de la sociedad
Edvard Munch sigue reflejando el dolor y desesperanza de la sociedad