Semana de escándalos

Semana de escándalos
Por:
  • pedro_sanchez_rodriguez

La carrera por la Presidencia ha adquirido un ritmo galopante, excitante, escalofriante. El país entero es un teatro. Los pasos deprimidos de la capital se inundan y las calles se hunden. Resguardado de estos tremendos baches y en una casa de interés social, descansa un veloz, caro y hermoso carro color rojo, piloteado –supongo que muy de vez en cuando– por el Procurador General de la República quien despacha en Paseo de la Reforma.

Si uno camina por la misma banqueta se topa con la guarida de los traidores de la dirección panista: los senadores Cordero, Lozano, Gil, Lavalle y Vega. Declaran los indignados panistas de hueso colorado: “Se les invita a pasar a Buenavista, a quitarse las máscaras y a inscribirse al PRI. Apoyar y simpatizar con el pase automático de Cervantes, que el procurador se convierta en Fiscal General de la República, es darle la espalda al panismo”.

En Avenida Coyoacán el dirigente del PAN, Ricardo Anaya, tiene comercios (hoteles, restaurantes, locales) que no declaró al IMCO en su 3 de 3. El retirar su apoyo al nombramiento de Raúl Cervantes, como fiscal general, le ha valido agresivas sospechas en medios nacionales sobre su riqueza. Enrique Ochoa, presidente del PRI, acusa que la excomulgación de los senadores ordenada por Anaya, dentro de los que se encuentran el ex secretario de Hacienda y el ex secretario particular del ex presidente Felipe Calderón, es para desviar la atención de su enriquecimiento presuntamente ilícito.

Los escándalos no se detienen y no se han detenido. Desde el sexenio de Felipe Calderón y en este gobierno, la corrupción ha transgredido a los ocupantes de dos sexenios: Secretarías y paraestatales han pagado miles de millones a empresas que no existen, utilizando a universidades públicas como intermediarias (quienes por triangular el dinero cobran una cuantiosa comisión). Gobiernos del PAN y del PRI unidos por la misma lamentable práctica.

Otra alianza que se ha fraguado en medio de la vorágine de escándalos es la del PAN con el cada vez más desbaratado PRD. Ambos partidos han acordado a su interior el ir, junto con Movimiento Ciudadano, en un Frente Amplio que esperan sea capaz de derrotar al PRI y a Morena en las elecciones presidenciales y, si todo sale perfecto, en el resto de las elecciones. Son pocos los que apuestan a que el Frente va en serio y durará de aquí a los comicios del 2018, eso el tiempo lo dirá.

El tablero se está armando. El PRI increíblemente se ve fortalecido a pesar de la aprobación del presidente Peña Nieto y los escándalos de corrupción de sus gobernadores; el PAN se desbarata con la transparencia de sus discusiones; el PRD se arrastra famélico con las personalidades que le quedan; Morena va saliendo de su primera crisis luego de la selección de Claudia Scheinbaum y el descarte de Ricardo Monreal para la elección de la jefatura de gobierno de la Ciudad de México. Nos esperan meses trepidantes.