Calló para robar dinero de plagio

Calló para robar dinero de plagio
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  • larazon

Por Carlos Jiménez

carlos.jimenez.razon@gmail.com

Las indagatorias de la Procuraduría capitalina confirmaron que el agente Rodolfo Servín supo cuando menos dos meses antes del secuestro de Yolanda Cevallos Coppel, pero nada hizo pues esperaba que se pagara el rescate para detener al plagiario y quedarse con el dinero.

También corroboró que una de las secuestradoras le dejó abierta la puerta de la casa de seguridad los dos días que duró el plagio, para facilitarles el rescate.

“Lejos de actuar como la ley lo obligaba, (Servín) decidió no hacer nada para evitar el resultado, e incluso esperaría a que se obtuviera el rescate por el secuestro para ir por El Iván (líder de la banda) y quitarle el dinero del secuestro”, detalla la PGJ en su consignación.

Pese a ello la dependencia sólo lo acusó del delito de ejercicio ilegal del servicio público, el cual no es grave.

Marta Laura Almaraz, subprocuradora de Procesos Penales, aseguró que pese a que Servín nada hizo para evitar el plagio, no participó directamente, por ello no se le puede acusar de otro delito. Pero, aseguró que hay pruebas para demostrar que supo del secuestro, y nada hizo.

Explicó que Servín declaró que informó de los planes de plagio a su jefe inmediato. Aunque no mencionó quién era, sus comandantes entonces eran Antonio Sandoval y José Luís Rangel.

Hasta ahora la PGJ no ha acusado ni a Sandoval ni a Rangel de algún delito.

Jeny Fabiola Rosas, presa por el plagio confesó que “de marzo a junio (2009) acudí a las oficinas de la PGJ donde trabajaba Servín en Cuajimalpa… Me entrevisté con él unas cinco veces. Le daba la información que me pedía del Iván”.

Algo similar relató Gilberto Acevedo, otro de los plagiarios que antes fue chofer de la familia Cevallos.

“Le conté lo que iba a hacer El Iván, a quien iba secuestrar… llevé al judicial a donde vivían los papás del Iván. Él dijo yo me encargo”, relató en un interrogatorio.

La PGJ tiene un informe que demuestra que Rosas y Acevedo tuvieron contacto celular con Servín unas 35 veces antes del secuestro.