La mayoría aún lo usa incluso en espacios abiertos

Capitalinos se resisten a prescindir del cubrebocas

El pasado viernes, el Gobierno de la ciudad dejó de recomendar utilizar el dispositivo al aire libre; citadinos aducen precaución y hasta costumbre para no guardarlo

En las calles del Centro, la mayoría aún portaba  el cubrebocas ayer.
En las calles del Centro, la mayoría aún portaba el cubrebocas ayer.Foto: Eduardo Cabrera, La Razón
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Costumbre, temor a enfermarse de Covid-19 y confusión por los lugares en los que deben o no portarlo son algunos de los motivos por los que la mayoría de capitalinos usa el cubrebocas en espacios abiertos aún a pesar de que el pasado 1 de abril, el Gobierno de la Ciudad de México eliminó la recomendación para portarlo al aire libre. 

“Todavía por precaución, no me cuesta nada traerlo y no tiene caso estármelo quitando y poniendo”, comentó una citadina, para quien el uso de este artículo no solo es “costumbre” después de más de dos años de pandemia.

La entrevistada reconoce que tiene un poco de “confusión” sobre en qué espacios puede o no retirárselo. “Venía en el Metro y ahorita voy a otro lado, a un lugar cerrado, entonces mientras voy caminando no tiene caso quitármelo”, cuenta la capitalina, mientras camina en los alrededores de la Alameda Central, un espacio abierto en donde podría prescindir de su uso. 

Como ella, son centenares los ciudadanos que avanzan por las banquetas de la capital, y en especial en calles del Centro Histórico, aún con cubrebocas. 

Roberto, de 47 años, todavía porta doble dispositivo; uno tricapa debajo de otro de tela, principalmente “por seguridad”, pese a encontrarse en la terraza de un restaurante localizado sobre la avenida Francisco I. Madero, un espacio ventilado y al aire libre. 

“Ya mejor cuando me traigan los alimentos... todavía se siente uno inseguro ¿no?, aparte está muy contaminado el ambiente, por lo que he visto”, explica a La Razón. 

El ciudadano comenta que padeció Covid-19 en uno de los momentos más complicados de la crisis sanitaria a principios de enero de 2021, cuando la ciudad transitaba la segunda ola de contagios y los hospitales se encontraban saturados. 

El temor de volverse a enfermar, pese a que cuenta con las dos dosis de la vacuna y el refuerzo, le impide deshacerse del “hábito” de ponerse el cubrebocas cada mañana al salir de casa. 

“Yo creo sí es ya más bien un hábito, pasamos dos años con esto, como que no pasó el tiempo, pero uno ve para atrás y dice: fueron muchos meses. Y los que lo vivimos o la gente que perdió a familiares o amigos, creo que con mayor razón no se lo van a quitar tan fácil y qué bueno, porque bien dicen, la pandemia no ha acabado”. 

Joselyn y su novio visitan las calles abarrotadas del corazón de la ciudad en busca de mercancía para su negocio. Pese a ser jóvenes y, por lo tanto, estar en “menor riesgo” sobre todo ahora que tienen tres dosis del biológico, no se animan a quitárselo, sobre todo en un lugar “con tanta gente”.

“Aunque es la calle hay mucha gente aquí, como que todavía da miedo, yo creo que en un parque o para pasear ya me lo quitaría, pero aquí no. Sí me da miedo, porque fui de las que no se enfermaron en dos años, para qué le buscamos”, expresa ella, mientras camina.

Otro capitalino, quien sí optó por guardar el cubrebocas, mientras transita por el Centro asegura que ya se siente “liberado” y con menos presión al saber que hay pocos contagios, tanto que la autoridad permitió dejar de usarlo en algunos lugares. 

“Muchos ansiamos estos momentos, que dijeran ya quítenselo, aunque no haya garantía de que no vuelva a subir”, comentó el ciudadano.

  • El dato: Muchos capitainos sólo se bajan el cubrebocas hacia la barbilla mientras van por la calle y se lo vuelven a colocar en boca y nariz al ingresar al Metro.