Descubren verdadero “Zócalo” de la Ciudad de México

Descubren verdadero “Zócalo” de la Ciudad de México
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El Instituto Nacional de Antropología e Historia detalló en un comunicado que el monumento proyectado por el entonces presidente Antonio López de Santa Anna para conmemorar la Independencia, cuya primera piedra se colocó el 16 de septiembre de 1843 ha sido descubierto durante los trabajos de remodelación del actual zócalo capitalino.

Este descubrimiento corresponde a una plataforma circular (de 8 metros de diámetro y 28 centímetros de altura) que terminó siendo —en el imaginario colectivo y el habla popular— el apelativo de la entonces Plaza Principal de la Ciudad de México, considerado así como el verdadero zócalo de la CDMX y que data de hace 174 años.

Arqueólogos del INAH fueron los encargados del descubrimiento del zócalo de ese Monumento a la Independencia que se quedó en esbozo y que en una vuelta de tuerca, histórica y retórica, bautizó una explanada de más de 20 mil metros cuadrados.

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Para los arqueólogos Alejandro Meraz, Gonzalo Díaz, Rubén Arroyo y Ricardo Castellanos, resulta significativo que un elemento arquitectónico de estas dimensiones defina una de las plazas más grandes del mundo. Tal es así, que entre las acepciones que el Diccionario de la Lengua Española otorga a zócalo, está la que en México hace referencia a la “plaza principal de una ciudad, especialmente la del Distrito Federal”, ahora Ciudad de México.

Es descubrimiento se realizó durante la supervisión arqueológica del proyecto de rehabilitación de la Plaza de la Constitución, que contempla la sustitución del piso de concreto y la adecuación de la infraestructura peatonal y urbana por parte del Gobierno de la Ciudad de México, detalló el INAH.

"Fue así que al acercarse al norte del asta bandera, registraron la sección de una plataforma de planta circular a escasos 30 centímetros de profundidad. Ésta posee 8 metros de diámetro por 28 centímetros de alto, y está rodeada por un patio circular de 3 metros de ancho”, se lee en el comunicado.

Los expertos señalaron que este espacio estaba delimitado por una banqueta circular de 28 centímetros de altura, la cual presenta accesos al norte y al oriente —alineados con las entradas principales a la Catedral Metropolitana y al Palacio Nacional–, que serviría para instalar una balaustrada.

Se detalló, además que el basamento fue afectado por una excavación hecha a fines del siglo XX para introducir el asta bandera, de ahí que se encuentra seccionado, no obstante, es probable que la banqueta hubiera contado con accesos hacia los cuatro rumbos cardinales.

Los especialistas de la Dirección de Salvamento Arqueológico (DSA) relataron que conforme a la documentación, se sabe que en 1843 López de Santa Anna quiso aumentar el espacio libre de la Plaza Mayor de la Ciudad de México y para ello mandó derribar el mercado del Parián (venido a menos en esa época) que ocupaba casi la mitad de la misma. Su idea era erigir un Monumento a la Independencia al centro de la explanada y con ese fin se convocó a un concurso con la Academia de San Carlos, resultando ganador el proyecto del arquitecto Enrique Griffon, pero “Su Alteza Serenísima” designó la realización de esta obra a Lorenzo de la Hidalga.

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Los arqueólogos, orgullosos de "escribir un nuevo capítulo en la historia" de este emblemático espacio con el hallazgo del verdadero “Zócalo” han propuesto que para recordar este hecho, además de dejar una moneda del año en curso en el sitio para consignar su excavación, existe la propuesta de instalar una placa conmemorativa.

Por el momento y luego de un registro minucioso (en fotografía, dibujo y escaneo), el equipo de especialistas del INAH ha protegido debidamente los vestigios históricos del zócalo mediante una cubierta geotextil y tepetate, para permitir la continuidad de los trabajos de rehabilitación de la Plaza de la Constitución, a cargo del Gobierno de la Ciudad de México y las empresas PIASA e IIIMSA, que en todo momento han colaborado con las tareas de salvamento arqueológico.

Cabe mencionar que la Plaza de Constitución no había sido motivo de una remodelación integral desde los tiempos del “Regente de Hierro” del Departamento del Distrito Federal, Ernesto P. Uruchurtu, a mediados del siglo XX.

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