El desastre que nadie esperaba

Por Elizabeth Machuca

“En cinco minutos se vino el agua” y Yaret Lilian Bautista no tuvo tiempo de medir el impacto. Había ido a inscribir a su hijo Daniel al kínder y, cuando regresó a casa, en la colonia El Arenal, sus cosas flotaban en aguas negras, llenas de excremento.

La vecina de la calle Centeotl relató que a las seis de la tarde comenzó todo. “Las aguas vinieron del Cetis; cuando regresé y vi agarré a mi hijo y lo subí a la planta alta. Traté de subir lo que pude, pero mis cosas se echaron a perder”.

La sala, su comedor y sus electrodomésticos ya no sirven, y confía en que “ojalá el gobierno nos dé unos colchones al menos”.

Mayeli Martínez, de 17 años, quien regresaba de la escuela, no sabía de la situación hasta llegar a la zona de aeropuerto, donde tardó dos horas en pasar.

Ahora que su casa está inundada tendrá que irse a otro domicilio. “Para qué me quedo si no nos ayudan”.

Victoria Bernal García, de 48 años, quien acudió al campamento para auxiliar a los damnificado, de la colonia El Arenal, se quejó de saqueos en su bodega.

“Yo soy comerciante, y mis vecinos me dijeron que ni fuera a mi bodega, que está por el Bordo, porque hasta voy a llorar de que no está mi mercancía”, lamentó.

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