Fiestas y drogas en edificio secuestrado por invasores

Fiestas y drogas en edificio secuestrado por invasores
Por:
  • jonathan_castro

Aquella noche tres niños de entre tres y cinco años jugaban y convivían con quienes de pie, sentados en el piso o en sillas se drogaban y bebían en el predio invadido por el colectivo Chanti Ollin, el cual está asociado a quienes mantienen tomado el Auditorio Justo Sierra de la UNAM.

El pasado 15 de junio, último día de la Jornada de Comparticiones, La Razón comprobó que no sólo el exterior de este sitio tiene grietas y manchas de humedad, sino que en el interior, donde vivían cerca de 40 personas, entre ellas algunos niños, el desorden y la suciedad imperan.

En este ambiente se desarrollaba una pequeña de tez clara y cabello rizado de cerca de tres años de edad, hija de Viginie M., una joven francesa que vivía en el Chanti Ollin y que ayer fue detenida en el desalojo del predio.

“Yo tengo a mi familia en Francia y luego vamos para allá a visitarla y después regresamos a México”, aseguró Viginie.

Aunque no precisó cuánto tiempo lleva en México y en ese predio invadido, sí recordó con una mueca cómo el 7 de enero de 2015 los okupas evitaron con lujo de violencia un desalojo en esta propiedad de cinco plantas.

Por la noche, grupos de personas de entre 20 y 40 años de edad llegaron al edificio, ya que agrupaciones de ideología anarquista se presentaron ahí. En los cuartos donde había otras actividades algunos bebían y se drogaban, incluso mientras infantes caminaban y jugueteaban ahí.

Eran las 23:00 horas y en la planta baja había una fiesta. Los integrantes del Chanti Ollin vendían mezcal en 15 pesos y el pulque en 25. Algunos asistentes llevaban cerveza; otros sacaban de sus bolsillos bolsas con mariguana, sin importar que ahí estuviera la hija de Viginie y otros pequeños, fumaban. En tanto, aquellos pequeños jugaban y platicaban con sus conocidos y con los extraños que llegaron al lugar para beber y drogarse.

ALOJO DE EXTRANJEROS. Viginie no es la única extranjera que vivía o usó de paso este espacio, Manuela, de Colombia, llegó directamente al Chanti Ollin el 15 de junio para estar un fin de semana antes de partir a Chiapas.

“Yo vine al Chanti gracias a un amigo de Colombia que llegó aquí hace tiempo, pues él me contactó para que me pudiera quedar acá unos días”, explicó Manuela, sin dar más datos sobre ese conocido ni el periodo que estuvo en este sitio.

Además aseguró que ni ella ni Viginie eran las únicas extranjeras, ya que ahí vivían jóvenes de otras nacionalidades

LIGAS CON INVASORES. El pasado 19 de agosto este diario comprobó que al comedor comunitario que instalaron los anarquistas en Ciudad Universitaria asisten integrantes del Chanti Ollin, como es el caso de un joven que aquel 15 de julio tocó la jarana en ese predio y que este viernes comía y platicaba con José Luis Ramírez Alcántara, El Chómpirás.

Este último personaje, líder de quienes tienen tomado el auditorio universitario y quien está acusado de incendiar un automóvil durante una marcha.