Suministra 13.6 metros cúbicos por segundo a la capital

Fugas pierden lo que aporta el Cutzamala

Se debe restaurar la red, antes de pensar en traer más líquido, advierte experto de la UAM; se requiere mayor inversión en el sector, asegura José Luis Luege, extitular de la Conagua

El modelo de sectorización con el que se divide la red de agua potable en pequeños tramos para regular la presión del caudal ayuda a la detección y atención de rupturas.
El modelo de sectorización con el que se divide la red de agua potable en pequeños tramos para regular la presión del caudal ayuda a la detección y atención de rupturas.Foto: Cuartoscuro
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El problema de las fugas en la red de agua potable debe atenderse prioritariamente, antes de pensar en traer más agua de otras fuentes, puesto que 40 por ciento del líquido que se pierde en fugas es igual al caudal que se trae por el Sistema Cutzamala, aseguró Óscar Monroy Hermosillo, académico del Departamento de Biotecnología de la Universidad Autónoma Metropolitana.

Según datos de la Comisión Nacional del Agua, el Sistema Cutzamala envía 13.651 metros cúbicos por segundo a la capital, ya con las reducciones recientes por la sequía. En tanto, del Sistema Lerma se reciben 4.3 metros cúbicos por segundo y de los pozos llegan 20 metros cúbicos por segundo.

En la capital del país, alrededor de 15.1 metros cúbicos del líquido se pierden por fugas, lo cual equivale a lo que dota el Sistema Cutzamala en tiempos regulares.

Monroy Hermosillo señaló que las pérdidas que significan las fugas hacen que suba el costo de lo que se paga por metro cúbico del líquido, porque, aunque cada uno cuesta 10 pesos, sólo se aprovecha 60 por ciento.

“Es muy importante que se considere que el costo de lo que estamos pagando no son los 10 pesos, son los 17, porque es el agua que realmente está disponible para la gente. Otro índice muy importante es que se piensan en proyectos para traer más agua, cuando en lo que se debería de pensar es en recuperar toda la que se pierde de las fugas”, añadió.

Consideró que la capital del país tiene una tímida inversión para la reparación de fugas, porque aún es tardada la atención de éstas.

En el mismo sentido, Ricardo Zárate Mendoza, académico de la Facultad de Ingeniería de la UNAM, comentó a La Razón que la frecuencia de fugas en determinadas áreas puede deberse a que las zonas donde se registran las fugas sean de presiones altas, “y pasa que, aunque tú repares la fuga, las presiones van a seguir siendo altas, y así se reparen una y otra vez, van a ocurrir”. Por eso, dijo, es indispensable el programa de sectorización, porque éste controla las presiones.

También pasa que la tubería esté en tan mal estado que no requiera reparación, sino sustitución, es decir, si se repara hoy un punto y el tubo ya está muy dañado, a los 10 metros se presente otra fuga.

En esto coincidió José Luis Luege Tamargo, extitular de la Comisión Nacional del Agua, quien señaló que a la antigüedad de las tuberías y las malas instalaciones se agregan los movimientos de la tierra, los hundimientos y la carga de elementos pesados, como el paso constante de vehículos.

“Hay un efecto gravísimo por el hundimiento del suelo. La Ciudad de México tiene un suelo de una capa muy gorda, arcillosa, que está compactando la arcilla y está produciendo un hundimiento muy acelerado, pero diferenciado; hay zonas que se hunden más que otras. Entonces, las tuberías que están en una transición de ese hundimiento diferencial se rompen o se doblan y luego provocan fugas”, explicó.

Expuso que el modelo de sectorización, con el que se divide la red en pequeños tramos para regular la presión del caudal y así ayudar a la detección y atención de fugas, es apenas el primer paso en la atención de esta problemática, pues lo que se requiere es mayor inversión.

  • El dato: Aunque opera un sistema de telemetría para medir la presión en la tubería y cerrar automáticamente las válvulas, entre un reporte y su atención pueden pasar hasta ocho horas.