Retorno a rojo depende de la población, dicen expertos

Hartazgo de capitalinos pone en vilo semáforo

Expertos afirman que puede volver a rojo por cansancio ante encierro; prevén realizar festejo guadalupano virtual

Cientes se congregan en el Centro Histórico, el pasado fin de semana.
Cientes se congregan en el Centro Histórico, el pasado fin de semana.Foto: Cuartoscuro
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El aumento sostenido de hospitalizaciones por Covid-19 en la Ciudad de México es un cambio de tendencia que podría provocar un regreso al semáforo epidemiológico rojo; este retroceso depende en gran medida de la población que, en muchos sentidos, está cansada del confinamiento y ya comenzó a relajar las medidas de distanciamiento, consideraron expertos entrevistados por La Razón.

Aunque no es por falta de instrucción, ya que el Gobierno capitalino insiste en el uso de cubrebocas y la sana distancia, la reanudación de algunas actividades ha propiciado la sensación de que todo vuelve a la normalidad, por lo que el virus en la capital mexicana volvió a tener presencia importante, señaló Mauricio Rodríguez, vocero de la Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia al Covid-19.

Aunque insistió que la Ciudad de México no está en medio de un rebrote de casos, ayer, la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, aceptó que después de muchos meses en pandemia, hay cierto hartazgo entre la población por llevar las medidas sanitarias al pie de la letra, por lo que llamó a no bajar la guardia.

“El mensaje a la ciudadanía ahora es que nos sigamos cuidando, que hay evidentemente muchos meses que hemos estado con la pandemia, que hay cierto hartazgo de las medidas, pero que no podemos bajar la guardia, que tenemos que seguir insistiendo en las medidas preventivas: en el uso de cubrebocas, sana distancia, lavado de manos y ante cualquier síntoma, irse a hacer una prueba”, declaró.

En ese sentido, Rodríguez Álvarez explicó que durante varias semanas, el número de personas que llegó a hospitales de la capital y de la Zona Metropolitana del Valle de México se mantuvo a la baja, después fue el periodo de estabilización y ahora va en aumento, es decir, el virus nuevamente tiene actividad, insistió.

Hay evidentemente muchos meses que hemos estado con la pandemia, que hay cierto hartazgo de las medidas, pero no podemos bajar la guardia, tenemos que seguir insistiendo en las medidas preventivas

Claudia Sheinbaum, Jefa de Gobierno

“No olvidemos que por cada caso que se hospitaliza hay muchos casos más en la comunidad que no necesitan hospitalización, pero que sí están provocando contagios y una proporción de éstos, casi dos de cada 10, eventualmente requerirían atenderse en un hospital”, dijo a este medio.

Desde el primer momento en que se sabe que la hospitalización dejó de disminuir, la población, en este caso de la capital mexicana, debe tomar acciones, para evitar contagios al interior de la comunidad.

“Hace dos semanas, el Gobierno de la CDMX emitió el semáforo naranja con alerta y los habitantes debieron actuar en consecuencia”, consideró.

Si bien el Gobierno local mantiene reaperturas cuidadosas, a razón de que hay sectores castigados durante varios meses con los cierres, la administración no puede prever la respuesta de la gente y se vuelve imposible tener instrumentos suficientes de vigilancia, mencionó.

Además del factor social, advirtió, el cambio en la tendencia puede verse consolidado “ante las condiciones climáticas de esta temporada, no porque representen un cambio en el virus”, el cual, indicó, no ha cambiado en nada su composición, “sino porque las personas buscarán estar más en los espacios cerrados que en abiertos”.

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AGOBIO POR NO ver arreglo

 César Rebolledo, sociólogo de la Universidad La Salle, consideró que, más allá de la necesidad por salir de la casa, está la de tener respuestas a problemas sociales, por ejemplo, a través de las protestas, lo cual también denota un cansancio frente a una larga pandemia.

“Para una manifestación, el deseo de vivir es muy notorio, la manifestación convoca, une, genera empatía, adición, compañerismo y esperanza”, frente a un problema tan grande como éste.

También, ponderó, “tenemos deseo de estar con el otro, y el riesgo se toma porque de alguna manera nos sentimos vivos, es muy equiparable al riesgo que corremos cuando realizamos un deporte extremo o cualquier otra actividad que implica un riesgo para nuestra vida; pero que, a su vez, nos genera placer”, expuso el sociólogo.

En la misma lógica se explica lo ocurrido con las llamadas fiestas Covid. El académico participó en la realización de cuestionarios a quienes acudieron a este tipo de fiestas, los asistentes argumentaron que salieron porque eso los hacía sentir vivos. “Eso es tomar la vida como un riesgo”.

Rebolledo opinó que para los investigadores sociales muchas de sus preconcepciones del mundo antes de la pandemia “se caen a pedazos”, pues no se entiende qué sucede con las dinámicas que asumen las poblaciones. Y es que en países ricos, como Alemania o Francia, por más medidas estrictas que se tomaron, no consiguieron frenar el virus.

Las contradicciones en el tratamiento de la pandemia propiciaron un “pensamiento mágico” con el que la gente piensa que la suerte está de su lado para no contagiarse y asumen el riesgo.

Ya prevén suspender los festejos de la Guadalupana

Autoridades de la Basílica de Guadalupe y Secretaría de Gobernación federal y de la CDMX analizan la suspensión de actividades para este 11 y 12 de diciembre en el recinto mariano, toda vez que el objetivo es evitar la propagación de Covid-19.

Ante la emergencia, el rector de la Basílica, Salvador Martínez, propuso que feligreses festejen a la Virgen de Guadalupe desde sus barrios, casas o comunidades, pues, dijo, es necesario evitar aglomeraciones.

Además, adelantó que si bien no habría celebración presencial, si se realizará de manera virtual; por lo que invitó a seguir la página de Internet de la Basílica de Guadalupe.

Informes de la jefatura de prensa del recinto, aseguraron a La Razón que la suspensión sigue siendo hasta el momento una propuesta que se encuentra muy avanzada, pero que aún no ha tenido un resolutivo, ya que las negociaciones continúan para hacerlo realidad.

A estas consideraciones se suma la decisión de cerrar los panteones durante el 1 y 2 de noviembre, cuando miles se reúnen a conmemorar a sus muertos.