Planean introducir a partir de 2020 transporte eléctrico

Planean introducir a partir de 2020 transporte eléctrico
Por:
  • karla mora

Como parte del Plan de Reducción de Emisiones de la Secretaría de Movilidad de la Ciudad de México (Semovi), el Gobierno capitalino perfila que el transporte al interior de los barrios sea efectuado por unidades más sustentables que las que actualmente existen; esto implicará que los llamados mototaxis sean sustituidos por unidades eléctricas que no contaminen y sean más seguras para los usuarios, además de organizar los recorridos.

Para este fin y debido a que no existe un registro oficial, la dependencia se encuentra desde ahora y hasta finales de año en etapa de ubicación de las áreas donde operan ese tipo de vehículos para iniciar un programa piloto de sustitución desde 2020. Pese a que apenas se recaba la información, se prevé que el programa de Movilidad de Barrio con transporte de bajas emisiones arranque en la alcaldía Tláhuac.

El transporte público barrial consiste principalmente en mototaxis, ciclotaxis y taxis de un sólo recorrido.Pese a que la Semovi no tiene una estadística de cuántos viajes se realizan con esas modalidades, datos del Inegi, retomados en el Plan Estratégico de Movilidad 2019, estiman que 1.1 por ciento de los viajes diarios en transporte público en la capital se realizan en mototaxi.

“Imaginemos un transporte público de baja capacidad recorriendo circuitos en algunos barrios, eso puede ser una solución y otra pueden ser los mismos taxis”

Salvador Medina

Director de Planeación y Políticas de Semovi

Las modalidades de transporte barrial se concentran principalmente en Tláhuac, Iztapalapa, Milpa Alta, Xochimilco, Gustavo A. Madero y algunas colonias de Venustiano Carranza y Álvaro Obregón, las cuales, por ser de difícil acceso, no cuentan con rutas formales.

Salvador Medina, director general de Planeación y Políticas de la Semovi, explicó a La Razón que la movilidad local, consistente en recorridos menores a tres kilómetros, es más complicada para los usuarios que la masiva, pues hay pocas opciones y las existentes son poco frecuentes; esto obliga a los pasajeros a recurrir a medios que no son seguros y además son contaminantes.

“Imaginemos un transporte público de baja capacidad recorriendo circuitos en algunos barrios, eso puede ser una solución y otra pueden ser los mismos taxis. Para ellos hay un objetivo de cambiarlos por vehículos más eficientes y menos contaminantes”, aseveró.

Para finales de 2019, la Semovi espera concluir los análisis de las zonas susceptibles a la renovación, así como de las unidades idóneas para la sustitución de las existentes, aunque se prevé aprovechar el uso arraigado de mototaxis en esas zonas.

“Nos da mucho gusto que este plan se haga realidad por varias razones: una, porque la motocicleta es un grave agente contaminante (…); la segunda es que hace falta control”

Gilberth García Campoy

Presidente de FOTCA

Por separado, Gilberth García Campoy, presidente del Frente de Organizaciónes de Transporte Colectivo y Alternativo (FOTCA), aseguró que los operadores adheridos a esta asociación, presente en por lo menos cinco alcaldías, están listos para el cambio, el cual ellos mismos ya habían propuesto basándose en la agenda 2030 para combatir el cambio climático.

Comentó que los transportes alternativos pasaron de ser únicamente para la circulación local a ser alimentadores del transporte masivo y viceversa, de ahí la importancia de su regulación. Asimismo, advirtió que la reciente explosión en la oferta del servicio derivó en situaciones de irregularidad e inseguridad.

“Nosotros vimos que teníamos que entrar en este planteamiento de cambio y transformación. Nos da mucho gusto que  este plan se haga realidad por varias razones: una, porque la motocicleta como tal tiene un problema de ser un grave agente contaminante, estamos envenenando al pasajero, sobre todo en estas unidades que son chinas.

“La segunda es que hace falta control, porque ni siquiera se sabe cuántas motos hay en la calle; y la tercera, y la más importante, es que cuando escuchamos un motor de motocicleta inmediatamente se nos enchina la piel, porque lo remitimos al peligro”, explicó.

Detalló que la organización que preside estima que el cambio de una motocicleta convencional por una eléctrica, la modificación de la calandria para usuarios, la adquisición de tecnología GPS e incluso la instalación de cámaras en las unidades costaría alrededor de tres mil 500 dólares, más de 66 mil pesos, por cada vehículo.

Al respecto, Salvador Medina detalló que la Semovi aún no tiene una estimación de cuánto podría costar la sustitución de las unidades, pero que el financiamiento podría realizarse a través de apoyos internacionales, aunque no hay nada definido.

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