“Urbanización y cambio climático en CDMX acaban con colmenas”

“Urbanización y cambio climático en CDMX acaban con colmenas”
Por:
  • jonathan_castro

Apesar de que México ocupa el quinto lugar con la producción anual de más de 57 mil toneladas de miel, de las cuales 30 mil son exportadas, las abejas, responsables de producir este alimento, están en peligro de extinción, ya que las han afectado principalmente los insecticidas en las plantas, el cambio climático y el manejo inadecuado de sus colonias.

Debido a esta situación desde hace poco más de un año Efecto Colmena busca crear conciencia en el país y la Ciudad de México sobre la importancia de las abejas rescatando, reubicando y conservando enjambres, afirmó a La Razón la coordinadora del área operativa de este proyecto, Adriana Peña Véliz.

“La idea de Efecto Colmena no sólo es rescatar enjambres, sino también concientizar a la gente de que si estamos acabando con las abejas vamos a tener un impacto ecológico impresionante: tendríamos problemas de producción y menos plantas por la escasez de polinización; también habría menos oxígeno… Aún estamos a tiempo de prevenir esto”, aseguró.

¿Cuáles son problemas a los que se enfrentan las abejas? En el caso de la CDMX es la urbanización en México, porque el ser humano ha invadido lugares donde habitaban las abejas, las cuales tienen un comportamiento llamado rutas de pecoreo.

Entonces si, por ejemplo, hay una casa en medio de ese camino estos insectos seguirán pasando por ahí, por lo que se vuelven un problema para ese hogar y como humanos las eliminamos.

Otro problema es el cambio climático, porque en la Ciudad de México nos estamos acabando con los árboles y hay

lluvias atípicas.

El cambio del hábitat ha hecho que especies de flores, como la lavanda, el maíz y el girasol que alimentan a las abejas, ya no se dan a tiempo, por lo que los apicultores las alimentamos con comida artificial y se acortan los plazos para cosechar la miel, pues éstos cambian.

Hay otros factores, como enfermedades, ya que no hay protocolos específicos sobre el colapso de las colmenas; no hay una respuesta oportuna de las autoridades ni quién investigue estos casos.

¿La apicultura va a la baja? Esta práctica se está perdiendo en el país, ya que a los jóvenes no les interesa el trabajo de campo y no hay apoyos gubernamentales. Se impulsa más la ganadería que la apicultura, aun cuando ésta es más importante.

¿Por qué? Las abejas polinizan 70 por ciento de los cultivos que consume el ser humano, así como 30 por ciento del alimento del ganado. Entonces, si no hay abejas podemos tener problemáticas alimentarias graves.

Actualmente las abejas están en peligro de extinción. Sí, hay un síndrome que no se sabe qué lo está causando. En ocasiones se pierden abejas en los apiarios o, peor, en Europa se han reportado casos en los que no se encuentran colmenas. No se encuentra a los insectos muertos o en las cercanías, sólo se van. Yo creo que esto es por los pesticidas en las plantas, aunque hay varias teorías.

¿Desde cuándo se ha reportado este tipo de caso? El colapso de la colmena se comenzó a reportar en Europa hace 10 años aproximadamente y también en la Ciudad de México se presenta este caso, como en Xochimilco, Milpa Alta y Tláhuac; no obstante, los productores lo confunden con enjambrazón y no lo reportan.

¿Sobre esto hace algo Efecto Colmena? Uno de los objetivos clave del proyecto, además del servicio de atención y el rescate de colmenas, es concientizar a la gente.

Nos queda claro que los niños son los consumidores del futuro; por tanto, si nosotros podemos concientizar y educar a los niños, entonces éstos después serán adultos que tendrán un pensamiento distinto y dirán: ‘Ok, yo no voy a matar a las abejas porque conozco la importancia que tienen’.

Ellos son nuestra población objetivo, porque aun cuando hay adultos a los que les interesa el tema, hay muchas personas que no lo comprenden y ven a las abejas  como un problema.

¿Cómo opera Efecto Colmena? Básicamente la gente nos reporta que hay un enjambre en su casa. Hacemos un diagnóstico, lo quitamos y lo llevamos a nuestros dos refugios de abejas y colmenas, que están en Xochimilco y Álvaro Obregón, en la Ciudad de México; las fortalecemos y nos las llevamos a apiarios en el Estado de México.

En esos lugares el equipo de campo de Efecto Colmena les da mantenimiento y un seguimiento hasta que producen miel, cera, propolio y polen, entre otros, los cuales vendemos para que el proyecto sea autónomo.

¿Hay apoyos gubernamentales? Hemos trabajado convenios con la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, que nos apoya en el retiro de los enjambres o nos da avisos cuando hay una colmena.

También colaboramos con Protección Civil, que nos canaliza los reportes. Eso es lo más cercano que tenemos con las autoridades.

La idea es presentar el proyecto no sólo a estas instituciones, también al sector salud, a la Secretaría de Educación Pública, a la Secretaría de Cultura y a otras que tengan que ver con la difusión, para que la ciudadanía conozca

que en lugar de matar a las abejas se pueden rescatar.