Fieles toman medidas para preservar su fe

(VIDEOS) Miércoles de Ceniza en CDMX: del sello en la frente a una pizca en la cabeza

Los rituales del Miércoles de Ceniza que dan inicio a la Cuaresma se adaptan a la nueva normalidad provocada por la pandemia de COVID-19

Debido a la pandemia de COVID-19, la actividad cotidiana de asistir un miércoles a las iglesias y colocarse una cruz de ceniza de manos de un sacerdote no podrá llevarse a cabo.
Debido a la pandemia de COVID-19, la actividad cotidiana de asistir un miércoles a las iglesias y colocarse una cruz de ceniza de manos de un sacerdote no podrá llevarse a cabo.Cuartoscuro
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Llegó el Miércoles de Ceniza; cientos de fieles en la CDMX asistieron a la misa que marca el inicio de la Cuaresma en las parroquias de su barrio y en la Catedral Metropolitana, en medio de amplias restricciones y medidas sanitarias debido al Covid-19, para no dejar pasar esta fecha tan importante para los católicos.

Con cubrebocas, gel antibacterial, sana distancia en filas y asientos, los capitalinos celebraron su primer Miércoles de Ceniza pandémico.

Uno de los cambios más notables en el rito fue que el sello en la frente, que tradicionalmente colocan los sacerdotes, con el símbolo de la cruz, cambió a sólo una pizca en cabeza, sin tocar a la persona para respetar las medidas por Covid-19.

Miércoles de Ceniza con filtros sanitarios

En la Catedral Metropolitana, elementos de la Guardia Nacional toman la temperatura de los asistentes, antes de entrar al templo, donde sólo pueden permanecer un par de minutos para cumplir con el ritual de Miércoles de Ceniza.

La Arquidiócesis de México optó por recomendar a los padres de cada recinto religioso, regar el polvo sobre la cabeza de los católicos, para cumplir con el Miércoles de Ceniza. 
La Arquidiócesis de México optó por recomendar a los padres de cada recinto religioso, regar el polvo sobre la cabeza de los católicos, para cumplir con el Miércoles de Ceniza. Cuartoscuro

Más adelante, en un segundo filtro, un despachador de gel antibacterial para asegurarse de que las manos de las personas estén limpias y finalmente reciban su ceniza.

En otras alcaldías, policías y brigadistas cuidaron que los templos y las iglesias no se convirtieran en focos de contagio, con un control del flujo de personas que llegaban y la aplicación contante de gel.

AG