A construir un mejor país

Bibiana Belsasso

Todos los candidatos se han mostrado durante su campaña como la oportunidad de un cambio para México. Andrés Manuel López Obrador se ha dibujado como el artífice del verdadero cambio, como el candidato de las izquierdas moderadas; Enrique Peña Nieto se muestra como parte del nuevo PRI y Josefina Vázquez Mota tuvo como lema de campaña la palabra diferente.

Los mexicanos siempre hemos estado en movimiento, buscando mejorar nuestro pasado, pero si no vemos hacia el pasado, si no vemos los aciertos que se han tenido, no podremos cambiar nuestro futuro. Es verdad, en el país ha crecido el número de pobres y el empleo informal ha aumentado casi en 30 por ciento. Esto se ha dado en una de las peores crisis económicas a nivel mundial, que empezó en Estados Unidos y se prolongó en Europa y afectó directamente a nuestro principal socio comercial, que representa un intercambio comercial tan sólo en el primer bimestre de este año de 67 mil millones de dólares.

A pesar de la crisis, México ha mantenido una estabilidad financiera envidiable. Lo cierto es que en nuestro país el comercio crece, el dólar está estable, las tasas de interés también y llevamos 29 meses consecutivos de crecimiento.

También es verdad que hemos tenido más de 50 mil muertos producto del narcotráfico. Lo que casi siempre omitimos es que la mayoría de estas muertes se ha dado entre personas que están involucradas de alguna u otra manera con el crimen organizado. Una realidad terrible pero que también exige ser parte del diagnóstico para superar ese desafío.

México ha logrado ser un país democrático donde hemos podido elegir libremente a nuestros mandatarios. Vivimos una alternancia de 70 años del PRI cuando el PAN con Vicente Fox llegó al poder. Hoy nuevamente se ha elegido a un candidato de un partido distinto al gobernante y Enrique Peña Nieto, si no ocurre algo demasiado extraordinario, será el próximo presidente después de doce años de gobiernos panistas.

En México tenemos que valorar lo que ha estado bien hecho y darle continuidad para estar cada día mejor. Enrique Peña Nieto ha decidido darle ese seguimiento tanto a la política de seguridad como a la económica.

Lo que sin duda ha sido un obstáculo para México ha sido la falta de consensos para lograr las reformas que tanto se requieren. Desde 1989 habíamos tenido alianzas entre el PRI y el PAN que habían logrado la mayoría de las reformas fundamentales que se habían requerido en el país. Después hubo un rompimiento entre esas dos fuerzas y eso generó una parálisis legislativa que dura ya quince años.

Ahora que ya no estamos en una contienda electoral, cuando ya se ha definido a los próximos gobernantes del país, podremos empezar a sacar adelante lo que realmente necesita México y eso sin duda es sacar adelante las principales reformas pendientes. El PAN y el PRI, incluso un sector importante del PRD, pueden volver a ser aliados legislativos; sus intereses coinciden en lo estratégico y ya sin la presión de la guerra electoral ahora sí ya es momento de construir un mejor país.

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