Adiós a la Constitución de la paz

Adiós a la Constitución de la paz
Por:
  • valeria_lopez_vela

El final de la Segunda Guerra Mundial marcó el tono y el ritmo de la sinfonía mundial. Sus notas siguen resonando en las relaciones internacionales, en las alianzas o en los resentimientos. Su melodía es la música de fondo que acompaña, sin que lo sepamos, las decisiones de la política global.

Los países aliados sonorizaron sus exigencias con el estruendo de las bombas; silenciaron a los enemigos en sus constituciones, en sus condiciones económicas y en sus arsenales militares. Hubo quienes llevaron con más gracia las sanciones y se levantaron victoriosos de ellas y hoy tienen la batuta del concierto de las naciones, como Alemania.

Tras las elecciones del domingo pasado, Japón hará un reajuste al silencio forzoso del artículo nueve de su constitución que señala:Aspirando sinceramente a una paz internacional basada en la justicia y el orden, el pueblo japonés renuncia para siempre a la guerra como derecho soberano de la nación y a la amenaza o al uso de la fuerza como medio de solución en disputas internacionales. Con el objeto de llevar a cabo el deseo expresado en el párrafo precedente, no se mantendrán en lo sucesivo fuerzas de tierra, mar o aire como tampoco otro potencial bélico. El derecho de beligerancia del Estado no será reconocido.

El texto constitucional tuvo sentido en 1945 pero, en opinión del primer ministro Shinzo Abe, hace tiempo que es inviable. El 2 de julio de 2014, Abe anunció una reinterpretación del texto constitucional; en ella, sostuvo que era posible la participación militar del Japón en acciones internacionales en el extranjero. A todas luces, se trataba de un exceso interpretativo que, durante las elecciones, el primer ministro ha intentado corregir.

Una de sus promesas de campaña fue la reforma constitucional al artículo nueve. Y tras el sobrado triunfo, Shinzo Abe podrá materializarla. Sin embargo, dado lo delicado del tema, Abe ha anunciado un periodo de discusión con el Parlamento pues no quiere lograr su objetivo por mayoría sino por unanimidad. No hay que olvidar que Japón solamente ha tenido dos Constituciones en su historia: la de 1889 y la de 1945. Y ninguna de las dos había sido modificada. Así, Abe da muestras del talante político que lo ha mantenido en el poder.

La reforma que busca el primer ministro responde a los conflictos internacionales de la región. La tensión con China es histórica y continúa vigente por las islas Diaoyu/Senkaku. Pero lo que más preocupa hoy a los japoneses —y al mundo entero— es la escalada entre Corea del Norte y Estados Unidos. Shinzo Abe prepara su país para enfrentarse, infortunadamente, a una nueva ofensiva.

Con estas acciones se modifican las partituras y se preparan nuevas orquestaciones que adelantan un sombrío réquiem de guerra.