Adiós, Marcelo

Adiós, Marcelo
Por:
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Manuel López San Martín

Si uno creyera lo que dice y cómo lo dice Marcelo Ebrard, no habría duda de que estamos frente a una de las más grandes víctimas de los últimos años, el enemigo público lo mismo del gobierno federal que del GDF y hasta los medios de comunicación. Un auténtico perseguido. La palabra “complot” se quedaría corta.

Es víctima de que le quiten su candidatura plurinominal a diputado, será víctima de que le nieguen la posibilidad de llegar como suplente a San Lázaro, víctima de la mala leche de cerrar parte de su obra maestra la Línea 12 del Metro y víctima de la saña de un trabajo periodístico que exhibe que vive en una casa cuyo predio se regularizó, cuyo uso de suelo fue modificado y después fue rematada cuando fue jefe de gobierno.

Para ser hay que parecer, dice el clásico. Y Marcelo parece víctima, pero está lejos de serlo. Él se equivocó de aliado en el PRD en su búsqueda por la dirigencia y jugó junto a René Bejarano. Él decidió moverle el piso al Jefe de Gobierno, Miguel Mancera, al torpedearlo en público y seguir convocando a miembros del gabinete capitalino a reuniones ya entrada la actual administración. Él se lanzó contra la dirigencia perredista y la acusó de “colaboracionista con el gobierno de Peña Nieto” por la firma del Pacto por México. Él buscó la presidencia de su ex partido, sin aliados luego de que su tribu obtuviera apenas el 2.5% de los espacios en los comicios internos. Él se inscribió en la contienda del sol azteca a sabiendas de que no tendría apoyos para alcanzar una curul. Él renunció y fue a pedir esquina en Movimiento Ciudadano. Él desafió a la legislación electoral y participó en dos procesos internos durante el mismo proceso electoral.

Antes —en 2011— él decidió que su gobierno rematara la casa que actualmente habita en Plaza Río de Janeiro en la colonia Roma: durante su mandato la vendió en un millón 64 mil pesos, cuando en 1987 el entonces Departamento del Distrito Federal (DDF) pagó 30 millones 982 mil pesos por ella.

Dos años después de recuperarla, su dueño, Jorge Saldaña, revendió el inmueble en 19 millones de pesos —18 veces más de lo que le cobró el GDF— y el comprador fue la empresa Enalser, cuyos socios tenían negocios inmobiliarios con Enrique Camilo Ebrard, hermano del ex mandatario. A pesar de que los documentos publicados por Milenio y La Razón no dejan lugar a duda sobre la sospechosa compra/venta del inmueble, Ebrard decidió negar que la propiedad algún día fue del GDF y que su administración la remató.

Extraña coincidencia que hoy el ex jefe de Gobierno viva en esa misma casa por la que, aseguró en su declaración patrimonial, paga 80 mil pesos mensuales —más de la mitad de sus ingresos al mes declarados—.

La credibilidad de Marcelo Ebrard se cae a pedazos. Ya no sólo es la Línea 12, ni su larguísima lista de errores políticos. Ahora hay que sumar su casa en la Roma. Y de colofón anotar que ante la triquiñuela que orquestaba, en cuestión de horas, el Tribunal Electoral ratificará el criterio con el que lo dejó sin candidatura plurinominal a la Cámara de Diputados: no puede competir porque participó —él, por propia decisión, sin que nadie lo empujara— en dos procesos internos durante el mismo proceso electoral.

Hasta aquí llegó Ebrard. Se acabó su carrera política. Adiós, Marcelo.

  Off the record... La campaña de Lila Abed, candidata a diputada local del PRI-Verde en el distrito 13 —que comparten Miguel Hidalgo y Cuauhtémoc—, levanta y ya se metió en la pelea. A quien más parece incomodar el repunte es a la panista Margarita Martínez Fisher, que ya se veía ganadora y más bien luce estancada en las encuestas y, lejos de ayudar a los candidatos del PAN a las respectivas jefaturas delegacionales, les pone piedritas en el camino…

En otra delegación, la Magdalena Contreras, a la candidata del PRD a delegada, Beatriz Garza, la anterior jefa delegacional y aspirante a diputada local, Leticia Quezada, no la deja ni hablar ni opinar por sí sola. Cosa de ver que fue la ex delegada quien le respondió al candidato del PRI-Verde, Fernando Mercado, cuando retó a Garza a un debate. Si llega a ganar, ¿la dejarán tomar decisiones o la van a tener sentadita en un rincón y en silencio tres años?

 En boca cerrada…“No se justifica que aparecieran los nombres e imágenes”.

Por andarse pasando de listos y poner su foto en lonas y pancartas con el pretexto de una consulta pública, Clara Brugada, candidata de Morena a delegada en Iztapalapa, y tres aspirantes más a diputados en aquella demarcación fueron sancionados por el Tribunal Electoral del DF.

Twitter: @MLopezSanMartin