Administración y rock and roll

Administración y rock and roll
Por:
  • larazon

Francisco Calleja

Cualquier materia que se estudia en la universidad puede ser abordada desde un punto de vista novedoso, por ejemplo, la tecnología permite actualmente actividades que eran imposibles, pero incluso por el modo en que se explica o se ejemplifica se hace innovación. Claro que hay temas y materias más propicias al cambio que otras.

Como casos de enfoque original están, hace treinta años Roberto Kenny, aquel pionero de la televisión mexicana, que explicaba su clase en la Universidad Anáhuac usando como elemento fundamental los comerciales trasmitidos y lo que había detrás de lo aparente en cada uno de ellos. Algún profesor de maestría del Tecnológico de Monterrey usaba hace quince años un caso en que el protagonista era Robin Hood, para explicar el manejo de personal. Aunque en México vemos pocos intentos propios de ser originales.

La administración siempre ha sido más propensa a estos puntos de vista innovadores, a enfoques que de pronto no son ortodoxos y muchos autores a nivel mundial escribieron libros que a veces sin ellos saberlo se convirtieron en éxitos y tema de estudio, podríamos citar a Alan Axelrod, Arthur Bloch, Philip Crosby, Kaoru Ishikawa, Og Mandino, William Ouchi, Northcote Parkinson, Laurence Peter, Thomas Peters y Robert Waterman, Sun Tzu, Daniel Goleman y muchos otros. Algunos, aunque criticados al principio, han sido finalmente tema de estudio.

Por ello es interesante la aparición de alguien como Salvador López que imparte clases de mercadotecnia en la maestría en administración en la ESADE (Escuela Superior de Administración y Dirección de Empresas de la Universidad Ramón Llull en Barcelona) y es autor del libro Rockvolución empresarial donde propone analizar las estrategias de los grandes cantantes y grupos de rock and roll desde el punto de vista de las técnicas de administración utilizadas, el uso de la tecnología, las alianzas con clientes, su trabajo en equipo, los estilos de liderazgo y la adaptación al cambio, que finalmente les han reportado más ventas y aumento en sus ganancias. Para López, por ejemplo, Pink Floyd es el mejor ejemplo de conexión entre negocios y música. En ocasiones ameniza sus clases y sus conferencias con su propia guitarra eléctrica y al mismo tiempo que está diseñando un programa académico completo que relaciona administración y música, también prepara el lanzamiento de sus propias canciones en disco compacto.

Para este creativo profesor los músicos aportan un ángulo diferente para la resolución de problemas que han estado siendo abordados con el mismo gastado enfoque de siempre sin encontrarles solución, lo cual nos lleva a una idea actualmente en boga que es el pensamiento disruptivo, es decir, el hacer las cosas del modo opuesto al que pareciera natural para tener éxito. Es interesante imaginar la expresión de un par de directores en universidades mexicanas a los que se les propusiera que Alex Lora, por ejemplo, diera una plática en su maestría en administración.

francisco.calleja52@gmail.com