Ahora Chapultepec, antes Reforma

Ahora Chapultepec, antes Reforma
Por:
  • larazon

Guillermo Hurtado

Aveces no entiendo a mis compatriotas abajofirmantes. No soy un arquitecto o urbanista o artista o activista social, soy un simple ciudadano, pero lo que he visto del proyecto de renovación de la Avenida Chapultepec me parece estupendo. Se trata de una obra ambiciosa que va a beneficiar a todos los habitantes de la ciudad.

Cualquiera puede consultar los detalles del proyecto y de la manera —totalmente transparente— en la que se realizó el concurso, ya que hay una página web del Gobierno del Distrito Federal en la cual se ofrecen los datos relevantes. Invito al lector a que lo consulte. El proyecto del Corredor Cultural Chapultepec fue planeado de una manera profesional. No hubo improvisaciones.

La avenida Chapultepec es un espanto, es fea y agresiva a los peatones. El plan de construir un paseo elevado sobre la avenida la transformará en un espacio público en el que habrá áreas verdes, juegos infantiles, bibliotecas, cines, ciclopista y zonas peatonales. Algunos detractores del proyecto se indignan porque tendrá espacios comerciales. ¿Y eso qué? ¿Acaso no los hay a todo lo largo de la avenida, desde el caótico Metro Chapultepec, invadido por changarros, hasta la glorieta del Metro Insurgentes, repleta de tienduchas? También se rasgan las vestiduras porque se hará con inversión privada. Pero ¿acaso no es algo bueno?,¿por qué todo lo tiene que pagar el gobierno con dinero de nuestros impuestos? Los vecinos de la zona tendrían que ser los más contentos, ya que se elevará la plusvalía de sus propiedades. En vez de abrir la ventana hacia una avenida horrible, repleta de automóviles, sin árboles y en la que cada vez que se cruza se arriesga la vida, van a admirar un espacio muy diferente: estético, hospitalario, emblemático.

Cuando se planeó el Paseo de la Emperatriz, que iría de la estatua de Carlos IV al Castillo de Chapultepec, no faltaron oponentes. Se criticó que el proyecto se hubiese encargado a un extranjero; luego, cuando se hizo una licitación, se denostó a los vencedores del concurso. También se dijo que se perjudicaba a los dueños de los predios aledaños, que ya no podrían pastar los animales, que el suelo no era adecuado porque tenía acequias, que era absurdo construir un paseo tan largo y tan ancho, que ya se tenía el Paseo de Bucareli para dar la vuelta, que era un capricho del emperador, que era un sueño guajiro tener una avenida como la de las grandes capitales europeas, etc. Quienes se opusieron a los planes de Maximiliano nunca imaginaron que ese paseo se convertiría en una de las avenidas más hermosas de toda América.

Estoy convencido de que cuando en un futuro recordemos que hubo opositores a la renovación de la avenida Chapultepec nos resultarán tan obtusos como aquellos que trataron de impedir la construcción del Paseo de la Reforma.

Twitter @Hurtado2710