Ambulantes, una mirada al mundo

El comercio en vía pública o ambulantaje no es una actividad exclusiva de México, es un fenómeno global. Ray Bromley, de la Universidad Estatal de Nueva York en Albany, elaboró un ensayo denominado Street Vending and Public Policy: a Global review. En el cual revisa el fenómeno.

Uno de los datos que arroja el estudio es que casi todas la naciones tienen ambulantes , pero son más numerosos en las países más pobres y usualmente concentrados en zonas urbanas. Afirma que el comercio ambulante puede ser desde una estrategia de supervivencia —una búsqueda desesperada por ingreso para subsistir— hasta capitalismo mezquino o la diversificación de grandes negocios para catalizar la demanda y lograr una mayor facturación.

Para Bromley, la distribución del ingreso de los vendedores ambulantes está altamente sesgada, con algunos pocos teniendo altos ingresos, comparado con los ingresos de profesionistas o comerciantes exitosos, pero la mayoría obtienen ingresos relativamente bajos, comparados con los de trabajadores no asalariados.

En el mundo existen argumentos a favor y en contra del comercio ambulante, nos sorprendería leer que algunos esgrimidos en México son idénticos a los que se expresan en otros países, por ejemplo, el que los ciudadanos tienen el derecho constitucional de escoger su ocupación y dedicarse a actividades de emprendimiento. El comercio en vía pública es una de sus opciones, y su supresión reduce el rango de alternativas disponibles para los ciudadanos.

Aun si dichos derechos no estuviesen formalmente garantizados, puede argumentarse que son derechos humanos básicos bajo la “ley natural”.

Un argumento en contra, recurrente en diferentes países, es que son considerados antiestéticos, pueden generar mucho ruido con sus anuncios y que ellos y sus clientes suelen dejar basura en las calles. Son vistos por las élites urbanas como elementos prominentes del desorden, y éste como uno de los factores de interacción que incentivan la ruina, el vandalismo y la comisión de delitos.

Y obvio, el argumento estrella internacionalmente en contra del ambulantaje es que tienden a fallar en dar recibos y mantener sus cuentas en orden para pagar impuestos sobre sus ingresos, y para cobrar los impuestos al valor agregado. Ellos constantemente son acusados de representar la competencia injusta frente a los negocios establecidos fuera de la calle que sí pagan impuestos, lo que hace que la competencia de éstos disminuya, ya que los ambulantes no pagan impuestos y sus precios son más bajos.

El investigador Ray Bromley aporta 11 argumentos a favor y 16 en contra del comercio ambulante, de los cuales sobresalen los tres arriba citados.

Hugo Sarmiento, de la UC Los Ángeles, señala que la planificación tradicional considera al ambulantaje como una anomalía en el proceso urbano y que son una característica inevitable del entorno de NY, Chicago y Los Ángeles.

Se pronuncia por la legalización por tratarse de una determinación de la movilidad espacial y el uso del espacio público de la ciudad.

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