Ana Lizbeth ¿y cuántas más?

Ana Lizbeth ¿y cuántas más?
Por:
  • bibiana_belsasso

Una de esas verdaderas historias de terror ha sido el asesinato de la pequeña Ana Lizbeth Polina Ramírez en Nuevo León, hace unos días, que ha despertado la indignación de la gente, sobre todo en esa entidad.

En Nuevo León ha habido decenas de protestas que piden penas más duras para secuestradores  y asesinos. Y es que el homicidio de Ana Lizbeth no es ni remotamente el único feminicidio de menores en nuestro país.

El domingo 15 de julio Dulce Ramírez Gutiérrez y su hija Ana Lizbeth Polina Ramírez, de 8 años, salieron de su casa ubicada en la colonia Vistas del Río, en Juárez, Nuevo León, para dirigirse a la caseta de camiones donde trabajaba la madre, a unas cuantas calles de su domicilio.

Ana Lizbeth y su familia apenas tenían un año viviendo en la colonia.

Ana era una niña delgada que apenas media 1.40 metros de estatura, su tez era morena clara y sus ojos eran de color café oscuro. Ese día, Ana se puso una blusa rosa de tirantes y zapatos color crema.

Durante el día Ana salió del trabajo de su madre y se quedaron de ver en la plaza para regresar a su casa. Llegó Dulce para encontrarse con su hija, pero no estaba, la buscó por todos lados y nada; Ana había desaparecido.

Un video de vigilancia de la ruta 527 muestra el momento en el que Ana platica y camina junto a un hombre que vestía una bermuda azul y playera negra. Los dos se retiran de la plaza ubicada en la iglesia dentro de la misma colonia Vistas del Río. Eran entre las 19:00 y las 20:00 horas.

Al siguiente día fue activada la Alerta Amber. Tuvieron que pasar 12 horas desde su desaparición para que el Grupo Especializado en Búsqueda Inmediata comenzara a localizar a Ana y al hombre que aparentemente se la había llevado.

Autoridades informaron que la demora se debió a que la corporación municipal atendió el reporte que hizo la familia al 911 a las 21:00 horas del domingo, pero no canalizó el caso a la Fiscalía.

Lucas Tadeo Polina, padre de Ana Lizbeth, explicó que denunciaron la desaparición ante la Fiscalía hasta el lunes a las 9 de la mañana debido a que, durante la noche anterior, la familia y vecinos, acompañados por policías de Juárez, recorrieron la zona en búsqueda de su hija.

Sin embargo, los familiares de Ana ya habían difundido imágenes en sus redes sociales en las que solicitaban ayuda para ubicarla.

El martes a las 17:00 horas terminó la agonía para la familia de Ana, pero inició su calvario.

El cuerpo de Ana Lizbeth Polina Ramírez, de 8 años, fue localizado a menos de 300 metros del lugar donde fue vista por última vez. La menor había sido asesinada y su cuerpo fue cubierto con una cobija y abandonado en un terreno baldío.

El fiscal general, Gustavo Adolfo Guerrero, dio a conocer que el sospechoso del asesinato de Ana ya había sido encarcelado por cometer delitos sexuales contra menores. Estuvo preso siete años y liberado entre 2010 y 2011.

Incluso autoridades revelaron que se investigaba una posible participación de cómplices en el crimen. El agresor no conocía a la menor, pero no se descarta que pudiera ser conocido de la familia.

El asesinato de Ana se investiga como feminicidio; cada día se reportan dos feminicidios en México.

En su último balance, el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio señala que la mayoría de los casos de mujeres asesinadas en México ha sido de manera brutal, mediante diversos métodos, como golpes, estrangulamientos, asfixia, quemaduras, envenenamientos y heridas.

De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), el primer semestre de 2018 cerró con una cifra histórica, 13 mil 738 homicidios dolosos. El promedio de homicidios es de 88.7 al día y 3.7 cada hora.

Con estos registros, era de esperarse que los feminicidios tengan números escandalosos. Entre enero y junio, las procuradurías y fiscalías estatales iniciaron 387 carpetas de investigación por ese delito. Abril fue el mes con mayor número de feminicidios, con 71 casos, seguido de junio, con 70.

La entidad con la tasa más alta de feminicidios por cada 100 mil habitantes fue Colima, con 1.81; le siguen Zacatecas con 1.56; Chihuahua con 1.44; Sinaloa con 1.35; Guerrero con 1.33; Tabasco con 1.28 y Morelos, con 1.17.

Por número de casos, los estados que encabezan la lista son el Estado de México y Veracruz con 36; Nuevo León con 30; Chihuahua con 28; Guerrero con 25; la Ciudad de México con 22 y Sinaloa con 21.

Sin embargo, organismos, como la ONU Mujeres, denuncian que las estadísticas oficiales se quedan cortas respecto a una realidad.

Es por eso que el reporte más reciente del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW), adscrito a la ONU, indica que, pese a sus esfuerzos, el gobierno de México requiere adoptar medidas “urgentes” para prevenir, investigar y juzgar las muertes violentas y desapariciones de mujeres en el país.

El informe, elaborado por 23 expertos, señala que “el comité sigue profundamente preocupado por los patrones persistentes de violencia de género generalizada contra mujeres y niñas, incluida la violencia física, psicológica, sexual y económica, así como el aumento de la violencia doméstica, las desapariciones forzadas, la tortura y el asesinato sexuales, en particular el feminicidio”.

Entre las recomendaciones del Comité de la ONU al gobierno mexicano se incluye la tipificación del feminicidio como delito en todo el país. Además, se aconseja la implementación de políticas para mitigar la trata de mujeres y niñas para la explotación sexual y el trabajo forzado.

Sin duda, se tienen que estructurar mecanismos más eficientes en contra de la violencia sobre la mujer. No podemos vivir en un México en donde por lo menos dos mujeres son asesinadas al día y otras decenas son violentadas. Mucho menos en un México en donde maten a niñas.

La falta de seguridad es, sin duda, lo que más lastima a la sociedad; no debería existir ni un solo caso como el asesinato de la pequeña Lizbeth.

Exigen frenar violencia

El pasado 23 de julio un grupo de personas protestó en el Ángel de la Independencia por los asesinatos de niñas.

Y es que en una semana se registraron tres: los más recientes, el de Ana Lizbeth, en Nuevo León, cuyo agresor ya fue aprehendido; el de Estrella, una menor de siete años, y  el de una bebé de ocho meses de edad.

Las organizaciones civiles plantearon el problema al virtual Presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, el pasado 21 de julio.

Llamaron a que esta problemática no se deje en la invisibilidad, a que haya seguridad para las mujeres y que los crímenes que se han cometido no queden en la impunidad.

La protesta tuvo como objetivo crear conciencia sobre los feminicidios en México; en tan sólo este año, 46 han sido feminicidios infantiles.

En diciembre de 2017 el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública comenzó a recabar cifras sobre el perfil de las víctimas de este crimen en cada estado y logró crear un historial de los últimos tres años. En 2015 se registraron 50 víctimas. Un año después la cifra creció a 53. Para 2017 ya sumaron 61; y en los primeros cinco meses de este año se habían contabilizado 30 casos. En total, estamos hablando de 194 feminicidios registrados de niñas y adolescentes en este periodo. Esto en números absolutos.

La Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) evidenció en 2017 que las autoridades judiciales se niegan a trabajar con perspectiva de género para brindar acceso a la justicia a niñas, niños y mujeres víctimas de violencia: “La violencia machista que se ejerce desde las instituciones y por parte de servidores públicos afecta directamente la dignidad y la integridad e incluso revictimiza a niñas, niños, adolescentes y mujeres que buscan ejercer su derecho de acceso a la justicia en todo el país”.