Ana y los energúmenos

Ana y los energúmenos
Por:
  • javier_solorzano_zinser

En los Juegos Olímpicos de Sidney Ana Gabriela Guevara había pasado a la semifinal en los 400 metros planos. Estaba cada vez más cerca de los mejores tiempos de la competencia y estaba tranquila, segura y de buenas.

Platicamos largamente en esos días sobre muchos temas: los deportes; la sobreatención al futbol, el atletismo y las mujeres; las absurdas peleas entre los medios de comunicación por los atletas, como había sido la “escenita” a la vista de todos entre Televisa y TV Azteca tratando de ser los “primeros” en entrevistar a la recordada Soraya Jiménez después de obtener la medalla de oro en pesas; la política y las probabilidades de que ganara una medalla.

Hablamos de su máxima adversaria, Katy Fryman. Para los australianos el oro era un “debe”. Querían y admiraban tanto a su atleta que fue ella quien prendió el pebetero en la ceremonia de inauguración. Representaba también un acto incluyente, ya que Fryman es aborigen.

Ana Gabriela nos lanzó un pronóstico: “vas a ver el susto que les voy a meter, los voy a dejar callados en el estadio”. La competencia y el marco de la misma fue formidable. Cayó un chubasco brutal que a duras penas permitía ver a las atletas en la pista.

El chofer del taxi que me llevó al estadio al saber que soy mexicano me mostró el periódico, el cual tenía a toda una página a las dos grandes favoritas y los temores de que ganara “Ana, la mexicana”.

Ana Gabriela no ganó, pero les pegó un sustazo a Fryman a los australianos y además dejó en silencio varios segundos al repleto y apasionado estadio. La semifinal se decidió en los últimos 10 metros. Ana Gabriela quedó al final en quinto lugar, “más o menos eso esperaba, lo bueno está por venir”, me dijo, y así fue.

Después de los juegos llegó su gran explosión deportiva, se convirtió en la reina de la prueba. Es probable que en el país no nos hayamos dado cuenta de su influencia, reconocimiento y el prestigio que tuvo a nivel internacional.

Con ella se dio un antes y un después en las pruebas de velocidad para mujeres en México. Muchas niñas y adolescentes se metieron al atletismo para emularla o tratar de verse como ella. Se convirtió en un referente y aún lo sigue siendo.

Cuando optó por el Senado provocó controversia por lo que ha pasado cuando los personajes públicos se meten a la política. Hasta ahora Ana Gabriela ha sido una legisladora que ha ido aprendiendo, es respetada por lo que fue y por quien es, y se ha alejado de los escándalos y las exageraciones muy propios de la política y de los protagonismos de algunos legisladores.

La agresión que sufrió cuando circulaba en su motocicleta, la cual usa desde hace muchos años, muestra la terca realidad bajo la cual vivimos. No se aprovechó de su cargo, no mencionó al momento del incidente ni que es senadora ni que es Ana Gabriela Guevara.

La sonorense no tiene ni guaruras ni chofer. Se mueve sola en moto porque sabe del repudio ciudadano a los excesos de los políticos. Lo que le hicieron con saña y cobardía es parte de lo que viven muchas mujeres en el país.

Ana Gabriela con sensibilidad así lo ve y da la cara para que quede claro que es contra ella y es también contra todas. Ayer lloró de rabia y dolor. Me acuerdo de su mirada y su determinación en Sidney. No bajó la guardia porque sabía lo que venía ese día y a futuro.

En La Marquesa todo fue sorpresivo. Al final se dio cuenta de que la agresión en su contra es la que se vive a diario en el país en contra de las mujeres. Cuatro energúmenos se encargaron de hacérselo saber. Abrazoooos, Ana….

 RESQUICIOS. Así nos lo dijeron ayer:

* A nivel mundial los medios de comunicación han sobredimensionado el papel de Rusia en las elecciones de EU. Algunos hackers pudieron meterse, pero no fue definitivo para el resultado. Hubo manos sucias, pero no vinieron de Rusia. La opinión pública ya no se guía por hechos y verdades, se basa ahora en percepciones y opiniones: Dejan Mihailovic, profesor investigador ITESM.

solorzano52mx@yahoo.com.mx

Twitter: @JavierSolorzano