Apoyar o no a Trump: el dilema republicano

Apoyar o no a Trump: el dilema republicano
Por:
  • juanpablol-columnista

Las múltiples explicaciones del fenómeno Trump van desde la negligencia en la que cayeron los partidos políticos, hasta el racismo escondido detrás de las urnas, el cual por fin se decidió a salir y votar ante la presencia del empresario. Lo cierto es que, independiente de alguna explicación, Donald Trump será el nominado del partido, no por la voluntad del mismo, sino por los electores que lo secuestraron.

La candidatura del empresario representa un dilema difícil de resolver para el Partido Republicano. Más allá de la promesa de respetar y respaldar al candidato, sea quien sea, como un precepto al que se ven obligados a honrar, para nadie es un secreto la ruptura que ha ocurrido debido a esta elección en particular.

Por una parte, los conservadores auténticos que desprecian el mensaje y las formas de Trump. Evangélicos que no entran dentro de los integrantes del Tea Party y la ultraderecha, pero que sí van a servicio todos los domingos y pretenden educar a sus hijos de forma diferente a un empresario ambicioso, divorciado dos veces y que no se sabe qué tipo de grosería o insulto va a soltar en medio de un discurso oficial. Con la salida de John Kasich y Ted Cruz de la contienda, han quedado sin representación. Ellos conforman una parte importante del Partido Republicano roto, y no están dispuestos a unirse a Trump. ¿Lo harán por Hillary? Algunos, sin duda.

El daño del neoyorquino a la agrupación política puede ir más allá de lo electoral. El movimiento conservador puede sufrir a nivel de representación legislativa, de interrupción de agendas, de pérdida de identidad y otras consecuencias que algunos ya están asumiendo debido a la lealtad partidista. Sin embargo, hay muchos otros que no están de acuerdo con sus políticas y no están dispuestos a tragarse la candidatura; son ellos los que mantienen la posibilidad de una estrategia en la Convención Nacional Republicana. Son quienes llevaron a Ted Cruz esta semana a declarar que aún mantiene la puerta abierta a una convención negociada: sus delegados no están dispuestos a irse con el magnate.

En la cúpula republicana, la posición queda más que clara con los comentarios del líder en la Cámara, Paul Ryan, en cuanto a sus dudas de apoyarlo. Las agendas chocan, y a pesar de que informó que la reunión entre ambos fue cordial y positiva, gente como los Bush, Mitt Romney, Lindsey Graham y otros, se han ido para no volver al partido, y quizás mucho menos a la campaña, durante esta elección.

Las posturas de los legisladores irán cambiando según el cálculo que puedan predecir, respecto al daño permanente y colateral que implique postular a Trump, quien a pesar de ir abajo en las encuestas a nivel nacional, avanza en estados clave como Florida, Nueva York y Ohio. Por lo pronto, de aquí a la Convención, se tiene la complicada tarea de unir al partido en torno a al magnate.

juanpadeleo@me.com

Twitter: @juanpadeleo