Balance 2017: lo nacional

Balance 2017: lo nacional
Por:
  • horaciov-columnista

Dedico las entregas de hoy y de la próxima semana al recuento de los que, a mi juicio, fueron los temas más relevantes del año que acaba de terminar, tanto en el ámbito doméstico como en el internacional. Aquí el primero.

Terremotos y otros desastres naturales. Sin duda alguna, los acontecimientos que marcaron el año que terminó fueron los terremotos que devastaron el centro y el sur del país en septiembre. Treinta y dos años después, un 19 de septiembre volvió a enlutar al país. Oficialmente, poco menos de 400 personas fallecieron y hoy todavía se cuentan en decenas de miles los damnificados por ese sismo y el registrado la semana anterior. Además, la temporada de huracanes fue también fatídica, particularmente en Baja California Sur y Veracruz. Los gobiernos federal y locales involucrados siguen siendo incapaces de resolver la situación de desamparo en la que se encuentran miles de familias mexicanas.

Inseguridad y violencia. El otro tema por el que será ingratamente recordado el año es el notable aumento en prácticamente todos los indicadores negativos en materia de seguridad pública y violencia. Secuestros, desapariciones, extorsiones, asesinatos, robos y un largo etcétera que parece avanzar sin control. Particularmente escandalosa la cifra de asesinatos de periodistas.

Trump. Llegó a la presidencia de Estados Unidos y de forma recurrente ha ninguneado a México. Forzó la cancelación de la visita programada de Enrique Peña a Washington en enero, orilló a la renegociación del TLC y continúa con su retórica antimexicana y antiinmigrante, en la cual la construcción del muro fronterizo es uno de sus temas recurrentes favoritos.

Economía estancada. Prevalecieron los datos negativos: raquítico crecimiento del PIB, aumento de la deuda pública, el precio del dólar en máximos históricos, superando el techo de los 20 pesos, y el hipergasolinazo al inicio del año, que llevó la inflación a niveles no vistos en dos décadas.

Elecciones. Se celebraron las segundas elecciones locales no concurrentes con las federales bajo el nuevo esquema de coordinación entre el INE y los llamados OPLES. El PRI perdió Nayarit y retuvo —a pesar de las acusaciones de despilfarro, pero con el beneplácito de los tribunales electorales locales y federal— las gubernaturas del Estado de México y Coahuila. Y, tras una muy vergonzosa reyerta, la FEPADE cambió de titular.

Los exgobernadores. No nada más fue que Javier Duarte, Roberto Borge, Tomás Yarrington y Eugenio Hernández fueran detenidos. La prensa ha dado cuenta de una execrable y cada vez más larga serie de denuncias, averiguaciones, persecuciones, fugas, detenciones y consignaciones contra exgobernadores y colaboradores cercanos, muy señaladamente del PRI (22 de 23 casos) vinculados a corrupción, en sus variantes de peculado, cohecho, desviación de recursos, asociación delictuosa e incluso, crimen organizado. Ya en estos temas, probablemente el escándalo más sonado sea el de la constructora brasileña Odebrecht, sobre el cual la PGR se mantiene, sospechosamente, en la obscuridad y el silencio.

Agradezco a los lectores de Entre colegas y les deseo un excelente 2018 que, aunque de inicio no parezca particularmente halagüeño, confiemos será mejor que su infausto predecesor.