Buenas y no tan buenas en economía

Buenas y no tan buenas en economía
Por:
  • arturov-columnista

Terminada la primera parte del periodo vacacional de la semana mayor, cifras de principios de este año revelan un desempeño más o menos favorable de la economía mexicana. El balance de las cifras productivas continúa positivo, pero sí es preocupante el persistente enfriamiento del motor externo de la economía, en tanto, que es alentador el impulso que viene por el lado de la demanda interna, en un contexto de baja inflación.

La principal noticia, el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE), proxi del mensual del PIB, revela que en enero la economía mexicana presentó un desempeño favorable. Por cualquier medición que se haga, la economía creció. Por ejemplo, el IGAE creció de 2.3% respecto a enero del año anterior. Incluso, tomando el crecimiento respecto al mes anterior los resultados son muy positivos: la economía avanzó 0.6%, con ello, se alcanzan ocho crecimientos mensuales consecutivos, además que es el mayor incremento desde agosto pasado.

Este avance de enero estuvo sustentado por el avance del sector servicios (2.9% anual), y en menor medida, por un favorable repunte productivo de la industria, que si bien avanzó a una tasa de sólo 1.1% anual, se aceleró respecto a los meses previos. El sector agrícola contribuyó marginalmente al crecimiento económico.

En las no tan buenas, y más bien malas noticias económicas, están las cifras de comercio exterior de febrero. En particular, las exportaciones manufactureras. Tomando las cifras desestacionalizadas por el Inegi (para limpiar el hecho de que este año es bisiesto), los envíos de las manufacturas se redujeron 3.3% respecto a febrero del año anterior, consolidando una tendencia negativa, perfilada desde mediados del año pasado. Las exportaciones de petróleo mantienen su caída libre y estrepitosa (-45% anual); mientras que por el contrario, las importaciones ligadas a la demanda interna mantienen un moderado pero saludable incremento (3.9% anual las de bienes de consumo y 1.9% las de bienes de capital).

En tercer lugar, están las cifras de inflación de la primera mitad de marzo, donde sorprendió el bajo crecimiento de los precios al consumidor. El avance quincenal del INPC de 0.10% respecto a la segunda mitad de febrero, estuvo muy por debajo del 0.19% esperado por el consenso de la Encuesta Banamex. Con ello, la inflación medida a tasa anual se desaceleró hasta 2.71% en la primera mitad de marzo desde 2.80% en la segunda mitad de febrero. Cabe notar que esta sorpresa inflacionaria, se debió en lo fundamental a una reducción significativa de los precios agrícolas (en especial los precios de la cebolla y el jitomate), hecho que le da un carácter temporal a la baja en la inflación, debido a que es previsible un alza de estas cotizaciones en las semanas siguientes.

Un tema más relevante es la tendencia al alza de la inflación subyacente (que omite los precios con mayor volatilidad), cuya tasa anual ascendió hasta 2.86% desde 2.70% en la segunda mitad de febrero. Esta tendencia al alza, muy posiblemente está reflejando el impacto de la depreciación del tipo de cambio sobre los precios. Así, también en inflación, buenas pero no tan buenas noticias.

avieyra@banamex.com

Twitter: @ArturoVieyraF