El carnicero de los Balcanes

El carnicero de los Balcanes
Por:
  • valeria_lopez_vela

La justicia siempre llega. La mayoría de las veces, aparece tarde. Pero no hay que dudar que nos alcanza a todos. Especialmente en nuestros días, cuando las cortes internacionales se han fortalecido tanto, a la luz de los principios del derecho internacional de los derechos humanos.

La firma de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en 1949, no es otra cosa que una promesa de civilización que nos ofrecía no volver a caer en la bancarrota moral del genocidio, de la discriminación o de los campos de concentración. Desafortunadamente, no nos cumplimos esa promesa: antes de que pasaran 50 años, en la guerra de los Balcanes, volvimos a ver la crueldad humana sobre otros humanos. ¿Por qué? Porque sí, porque eran musulmanes, porque eran bosniocroatas, porque se podía.

La guerra de los Balcanes es una herida reciente en la historia de Europa, que surgió sobre las cicatrices y los saldos de la Segunda Guerra Mundial. La sentencia que dará hoy el Tribunal Penal Internacional para la exYugoslavia enfrenta crímenes parecidos a los que, en su momento, se juzgaron en Núremberg.

Ratko Mladic, el exjefe del ejército serbio-bosnio no tuvo miramientos morales ni reconsideraciones humanitarias, al momento de cometer los crímenes de guerra y crímenes en contra de la humanidad de los que se le acusa desde 1995. Es acusado del genocidio por la matanza de unos 8 mil varones musulmanes en Srebrenica; además, del asedio a civiles en Sarajevo desde 1992  hasta 1995. Y hoy, enfrenta a la justicia.

Terminada la guerra, vivió bajo la protección del Presidente Milosevic. Pero fue aprehendido en 2011 después de vivir 16 años como prófugo. Su figura se convirtió en una estampa del odio racial. Es imposible olvidar las palabras que pronunció durante el sitio de Sarajevo: “Tiren a Velusice —suburbio sarajevita—. Allí no hay muchos serbios”.

El veredicto que dará hoy el Tribunal resuelve cinco cargos de crímenes contra la humanidad –persecución, exterminio, asesinato, deportación y actos inhumanos- y cuatro crímenes de guerra —asesinato, terror, ataques ilegales contra civiles y toma de rehenes—. Se espera que el tribunal dicte cadena perpetua porque, a diferencia del acusado, las personas que respetamos los derechos humanos nos oponemos a la pena de muerte.

Mladic es conocido como el carnicero de los Balcanes; asesinó sistemáticamente a más de 8 mil musulmanes durante el conflicto en la zona durante la década de los noventa. Todo esto en medio de un conflicto religioso y étnico, que revivió los horrores de los días del Holocausto.

¿Alcanza la sentencia a reparar el daño? Estoy segura de que no. Pero la cadena perpetua dará cierto respiro a los supervivientes y abre un capítulo más en la conformación del sistema penal internacional.

La sentencia de Mladic nos recuerda que la impunidad no es eterna; y que, la justicia siempre llega, aunque sea tarde.

* Profesora Investigadora en la Universidad Anáhuac