Cleptomanía o robo

Cleptomanía o robo
Por:
  • yolanda_pica

Winona Ryder (46), una de las protagonistas de la serie de Netflix, Stranger Things, que para muchos es la “madre perfecta de la pantalla chica” (Joyce), por su incesante lucha por salvar a su hijo, recientemente ha roto el silencio para hablar del penoso evento sucedido en  diciembre de 2001 cuando estando en la cima de su carrera fue detenida en la tienda Saks Fifth Avenue en Beverly Hills con un botín de más de cinco mil 500 dólares.

Su juicio, que fue público, en el que además se demostró que portaba fármacos controlados conseguidos de forma ilegal, la llevó a abandonar su carrera por varios años. Winona reconoce en la actualidad que se encontraba en una depresión severa y que para ella fue una oportunidad de hacer un alto para recibir tratamiento y recuperar su salud mental.

De acuerdo con el Dr. Brian L. Odlaug, profesor de Ciencias Médicas en la Universidad de Copenhague, y experto mundial en el grupo de padecimientos llamados Trastorno de Control de Impulsos, la cleptomanía consiste en un impulso irresistible de robar objetos que la persona no necesita o puede pagar; tiene una gran tensión antes de cometer el ilícito y una sensación placentera después de haberlo realizado. La evidencia ha demostrado que estas personas sufren de depresión, ansiedad y abuso de sustancias, por lo que este tipo de conducta puede ser un síntoma agregado y a pesar de que estos eventos los hacen sentirse “emocionados” por un momento, después les causa tristeza, culpabilidad, deseo de devolver lo robado y hasta riesgo suicida.

A Winona la hicieron pagar una multa de 20 mil dólares y 500 horas de trabajo comunitario, agregado al ridículo público que la

marcó de por vida.

Sin embargo, hay otro tipo de robo que no es cleptomanía y es el que llevan a cabo los sujetos que tienen Trastorno Antisocial de la Personalidad, son aquellos que no cumplen las normas sociales, engañan, mienten, estafan, son irresponsables, maltratan a las personas y nunca sufren arrepentimiento, hasta tres por ciento de la población general lo presenta. Algunos además son agradables, seductores y capaces de tener un discurso sumamente articulado para engañar a las personas.

La mala noticia es que se encuentran en todos los ámbitos de la vida: son profesionales independientes, funcionarios públicos, políticos, empresarios o manejan organizaciones no gubernamentales.

Como es natural,  entre ellos sí son capaces de identificarse y entonces se hacen amigos (cómplices); es decir, se asocian para delinquir y para engañar, a más y más personas.

Si Winona Ryder hubiera vivido en México seguramente nosotros nunca nos habríamos enterado de su robo, porque con

“una mordida” se habría resuelto.

Existen sociedades que permiten que los sujetos con Trastorno Antisocial de la Personalidad no sólo vivan impunemente, sino que ocupen cargos de poder y dañen a los ciudadanos.

México es un claro y triste ejemplo mundial. De acuerdo con Transparencia Mexicana, en una publicación de febrero de 2018, nuestro país empeora día con día.

Quienes padecen Trastorno Antisocial de la Personalidad son poco susceptibles a mejoría con tratamiento; pero los límites claros, exhibirlos socialmente y la aplicación de la

justicia puede detenerlos.

El psicoanalista inglés Winnicott escribió en 1949 un documento clásico: El Impulso a Robar, en el que explica que los niños de todas las condiciones sociales, cuando se sienten solos y abandonados por sus padres, tienden a robar, y es en ese momento en que surge la oportunidad de estar vigilantes, ponerles límites con cariño y enseñarles claramente lo que está bien y lo que no lo está.

En palabras de William Shakespeare: “ningún legado es tan rico como la honestidad”.