Colima y Moreira

Entre las noticias más relevantes del fin de semana, se cuentan las elecciones extraordinarias para gobernador en Colima y la detención de Humberto Moreira en España. Algunos comentarios al respecto.

 Colima, o cómo desperdiciar una oportunidad. Después de que el Tribunal Electoral anulara al cinco para las doce —mediante una hábil maniobra del partido impugnante— la elección ordinaria de junio de 2015, se celebró el domingo pasado esta suerte de malograda segunda vuelta. No han sido muchas las elecciones de esa magnitud las que se han anulado. Pero lo que la experiencia demuestra, es que el partido que las ganó en la primera ocasión, de nueva cuenta refrenda su triunfo. Curiosamente, eso ocurrió en Colima también en 2003 y en Tabasco en 2000. Si algo demostró la anulación del Tribunal Electoral, fue su nulo efecto para desincentivar conductas indeseables en los contendientes. Ambas elecciones, la de junio y la de enero, serán recordadas como lo ejemplos de lo peor que pueden exhibir los contendientes, tanto el ganador como su principal rival. Ojo, no estoy, en principio, en contra de las llamadas campañas “negativas” (peyorativa e histéricamente llamadas por algunos “guerra sucia”), ni tampoco creo que deban realizarse apoyadas en propuestas sin fundamento que enarbolen soluciones mágicas. Pero lo que vimos en esta ocasión en ambas campañas fue verdaderamente sacado de una letrina. Supongo que, al permitir que volvieran a competir los mismos adversarios —de ahí que se pudiera considerar un tipo de fallida segunda vuelta—, la decisión del Tribunal Electoral no generó el menor incentivo para cambiar la estrategia de los contendientes. Por lo que se refiere a la organización de las elecciones, se presentaron incidentes menores que pudieron ser resultos en la jornada electoral, por lo que el INE cumplió satisfactoriamente con el mandato del Tribunal. A pesar el grave atentado que sufrió el exgobernanor Fernando Moreno, el proceso electoral no se descarriló por condiciones de violencia en el estado.

Hay otro aspecto sobre el que no se ha puesto el énfasis pertinente. Como la elección en primera vuelta fue una de las más cerradas de las que se tenga registro (apenas 500 votos de diferencia), y parecía que la del domingo pasado iba a ser igual, la coalición encabezada por José Ignacio Peralta tomó las prevenciones que el caso ameritaba. A diferencia de la elección de junio, en la que fue postulado por el PRI con sus tradicionales aliados (el Verde y Nueva Alianza), para la elección de este domingo contó con el apoyo nada más y nada menos que del resucitado Partido del Trabajo. Así es: gracias, de nueva cuenta, a fallos del Tribunal Electoral, y tras la elección extraordinaria de Aguascalientes, el PT recuperó su registro y, en su primera actuación electoral después de ese caso, no sólo no apoyó al PRD o a MC —partidos que no presentaron candidatos en Aguascalientes para maximizar las probabilidades de que el PT mantuviera el registro—, sino que se fue con el PRI —que hizo una débil elección en Aguascalientes, con idéntico propósito—. El acuerdo partidario pagó bien.

 Moreira tras las rejas. No es inédito que un exgobernador del PRI vaya a prisión, en México o en el extranjero. Ni exclusivo de ese partido. Ahí están los casos recientes de Mario Villanueva (Quintana Roo), Jesús Reyna (Michoacán) o Andrés Granier (Tabasco), sentenciados por malversación de recursos y/o nexos con el crimen organizado. Lo que sí es histórico y extraordinario, es que un expresidente del partido político en el gobierno, corra esa suerte. Los manejos financieros de Moreira en Coahuila están a la vista de todos. Llegó de España la justicia que en México no se pudo —o no se quiso— aplicar.

hvives@itam.mx

Twitter: @HVivesSegl