Consejos y diplomas

Consejos y diplomas
Por:
  • larazon

Se avecina el Mundial. El Santo Niño de los Milagros ha sido vestido (ah, la voz pasiva) con el uniforme oscuro, de visitante, de la selección mexicana de futbol. Gamés considera con toda seriedad darse una vuelta por la parroquia de San Gabriel Arcángel y pedirle al Niño que nos apoye de verdad, no como en los campeonatos pasados, que nos dejó en manos del azar en vez de protegernos con el manto divino. Mañana Gil dirá frases históricas. Dios sabe que Gamés rara vez incurre en los signos de admiración, pero la ocasión lo amerita: ¡llegó la hora de la verdad! ¡No hay mañana! ¡O todo o nada! ¡El juego del hombre! Se abre la puerta y medio México, o más, se fugará por ese espacio.

En eso pensaba Gilga mientras leía en sus periódicos la puesta en escena de los Consejos Escolares de Participación Social que fueron descongelados después de 17 años. Estos consejos, se informó Gil en su periódico Reforma, tendrán al menos ocho comités para vigilar en las escuelas la venta de comida, la seguridad, la infraestructura del inmueble. Los padres de familia podrán conocer a través de Internet todos los recursos que llegan a la escuela. Gamés espera que los padres no conviertan las escuelas en verdaderos infiernos. Los papás y las mamás, incluyendo a Gilga y a la señora Gamesa, suelen ser pésimos maestros, vigilantes molestos, cuidadores carceleros, en parte por eso los educandos van a la escuela (educando, gran palabra).

Durante la ceremonia de los Consejos en Los Pinos, a Elba Esther Gordillo le dio mucho sol en la cabeza, no se dio contra las paredes de milagro y además dijo disparates. Oigan esto: “yo sigo insistiendo en que el tema educativo debe ser una política de Estado: no basta que tengamos buenos maestros ni buenas instalaciones. También debemos ver el gran índice de pobreza en el que estamos, de ahí nuestra exigencia de escuelas de tiempo completo”. Como diría la mamá de Gil: ¿y eso qué tiene que ver? ¿Que no está poniendo atención? La verdad es que la maestra no sabía cómo quitarse de encima lo pegajoso de los comités que funcionarán como un instrumento inmejorable para vigilar a los maestros y seguir el camino de los dineros.

En el campamento del Sindicato Mexicano de Electricistas en huelga de hambre se repartieron muchos reconocimientos. Carlos Payán, director fundador de La Jornada fue invitado por un grupo de ex dirigentes del SME para entregar reconocimientos impresos a los huelguistas. Gamés reproduce estas palabras pronunciadas por Payán: “la lucha del SME no debe concluir; menos la esperanza y la voluntad por la justicia, por más que en este país ya no exista estado de derecho y el gobierno impunemente siga arremetiendo contra la clase obrera”. No se ponga mal don Carlos, tranquilo, no le vaya a dar algo. Por cierto, los electricistas le entregaron a Carlos Payán un reconocimiento por la cobertura periodística de ese diario a la lucha. Y ya que estamos en esto, el compañero Amezcua declaró en el programa Frente al País que conducen Pablo Hiriart y Ana Paula Ordorica que abandonó la huelga de hambre, así lo requirió la lucha de los compañeros. Esta revelación ha tranquilizado mucho a Gamés porque la verdad se sospechaba una distribución clandestina de tortas cubanas. Ahora mal: Amezcua no cambia, es el mismo con alimento y sin alimento. Quizá mejoraría si se le elimina la proteína de la dieta.

“Se lo diré a Sócrates”, Víctor Hugo antes de morir. También dijo que había hablado con Jesucristo y con Shakespeare.

Gil s’en va

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