De 26% la depreciación peso-dólar en lo que va del sexenio

De 26% la depreciación peso-dólar en lo que va del sexenio
Por:
  • larazon

Carlos Urdiales

La cotización del peso frente al dólar estadounidense provoca atención, estrés y no mucha comprensión cabal de los motivos por los cuales de enero a la fecha, la moneda mexicana ha pasado de 12.88 en diciembre de 2012 (tipo de cambio mensual, Banco de México) a 16.21 en agosto 2015. Una devaluación del 25.8 por ciento en el sexenio.

Las autoridades llaman a la calma. Las razones las encontramos, nos dicen, en un catálogo amplio de variables que van desde las tasas de interés de la Reserva Federal de los Estados Unidos, o en las angustias europeas por la crisis griega, pasando por la sobreoferta de petróleo en el mundo o más recientemente, por las devaluaciones del Yuan, la moneda China, el coloquialmente llamado “coletazo del Dragón”.

Desde la perspectiva y discurso de los responsables de la estabilidad macro económica (tipo de cambio incluido), lo hecho hasta ahora es lo correcto, lo ortodoxo. El impacto inflacionario está, hasta el momento controlado, (algunas cámaras de industria y empresa comienzan a alertar lo contrario).

La pobre dinámica de nuestra economía está parcialmente aparejada a estos factores y fenómenos. El Banco de México anunció el cuarto recorte de su pronóstico de crecimiento del PIB para este año colocándolo en un rango de 1.7 a 2.5 por ciento. La realidad supera las buenas intenciones.

El dólar sube, el peso baja y poco o nada se puede hacer. Resignación que a pesar de la despetrolización de nuestras finanzas y de las reformas y de los cambios modernizadores la economía mexicana está inserta en un contexto global que no distingue.

En la semana que termina, las reservas internacionales del país han descendido desde enero a la fecha, tres mil 500 millones de dólares por culpa de las subastas que se han tenido que ofertar para contener este tipo de cambio. Las reservas totales son de 190 mil mdd o sea que hay todavía de donde echar mano para esta contingencia monetaria que parece no menguar por lo menos de aquí a septiembre, según analistas.

 En contraste.Y como ejemplo de lo estratégico que resulta impulsar la productividad interna como mecanismo de crecimiento y fortaleza económica, tal como lo dijo el Presidente Enrique Peña Nieto ante Michelle Bachelet, “Concretar y materializar las reformas estructurales son el mejor blindaje de la economía y la mejor forma de sortear los escenarios económicos adversos”.

El sector agroalimentario (ganadero y pesquero) se apunta ante este contexto como pilar del desarrollo económico nacional. Datos de la Encuesta Nacional Agroalimentaria (ENA) 2014 nos dicen que por ejemplo, hoy el campo mexicano representa el ocho por ciento del PIB, cifra con tasas de crecimiento superiores 2.5 veces a la media nacional desde hace tres años.

Aumento en la cobertura del crédito, incremento del riego tecnificado, mayor nivel de desarrollo tecnológico y uso de prácticas sustentables, y fortalecimiento a la cultura de administración de riesgos climáticos, la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero otorgó 40 por ciento más créditos que en el mismo periodo de 2014; de los pequeños productores con acceso a financiamiento, el 85 por ciento se incorporó durante este lapso.

A través del Programa Especial para Pequeños Productores, se otorgaron créditos por hasta 230 mil pesos, con tasas de interés preferencial de entre 6.5 y siete por ciento y se aumentó también de 7.7 a 10.4 el porcentaje de unidades de producción con acceso a financiamientos, informa la ENA 2014.

Por años la importancia del sector agropecuario se ha menospreciado, el mismo campo que nos alimenta y que participa con el 10 por ciento de valor agregado a la actividad económica del país.

Enrique Martínez, secretario de Agricultura dijo que la devaluación del peso beneficia más que los problemas que puede acarrear para el campo, pues la balanza comercial del sector agropecuario registró un superávit de mil 571 millones de dólares en el primer semestre de 2015, algo que no ocurría desde hace por lo menos 10 años.

Más allá de la calidad y eficacia de las políticas públicas en cada sector y rubro económico, los tiempos también mandan señales que se deben aprovechar, capitalizar.

urdiales@prodigy.net.mx

Twitter: @CarlosUrdiales