Democracia vs Mercados

Democracia vs Mercados
Por:
  • larazon

Emilio Sánchez Santiago

Cinco países europeos han tenido elecciones en los últimos doce meses: Grecia, España, Italia, Francia, y Alemania (en una elección en el importante estado de Westfalia). En cada uno de esos países, los electores han elegido a quienes se han opuesto a la política económica, social y financiera, diseñada por la Unión Europea en Bruselas.

La Comisión Económica Europea, el Banco Central Europeo, y el gobierno alemán encabezado por Angela Merkel, son quienes, han actuado como los arquitectos de la política económica del continente, e impuesto sus ideas planes y programas al resto. Lo han hecho así porque, en su opinión, las circunstancias lo han demandado y porque los mercados de capitales lo han exigido.

Claramente hay una falta de comunicación y comprensión entre las élites gobernantes y los pueblos gobernados. Por una parte, las élites han respondido ante las presiones insoslayables de los mercados de capitales, y han aprobado severos planes de austeridad y profundos recortes de gasto público.

Por otra parte, los gobernados se han rebelado de manera evidente, a través de sus votos, en contra de los planes de austeridad y disminuciones presupuestales. Hoy más que nunca, se observa un divorcio entre quienes gobernaron a Europa en los últimos tres años, y los votantes europeos.

La nueva ola de pánico que ha azotado al mundo esta semana, tiene su origen en la insurrección de los votantes griegos, en contra de sus gobernantes que aceptaron el plan de austeridad impuesto por la Unión Europea. Los triunfadores de esa elección han denunciado a ese plan como inaceptable e injusto.

Ante este riesgo inminente de ruptura entre Grecia y la Unión Europea, los mercados han renovado su miedo a que España caiga en un contagio mortal. Prueba de ello es el rendimiento exigido a los nuevos bonos españoles a plazo de 10 años, 6.30%, lo que implica una prima de 480 puntos base, arriba de los bonos alemanes al mismo plazo.

España a su vez, enfrenta una crisis bancaria cuya magnitud es impredecible. Todo indica que el gobierno español implantará un programa similar al Fobaproa, mediante el cual podrá inyectar fondos públicos a la banca española que sea incapaz de cumplir con nuevas provisiones obligatorias contra posibles quebrantos en sus carteras crediticias, particularmente las de préstamos inmobiliarios. Los bancos españoles tendrán que crear “sociedades independientes especializadas”, para gestionar la cartera inmobiliaria problemática, la cual les será transferida, presuntamente a precios de mercado.

Es evidente que la democracia no se lleva bien con los mercados. La democracia quiere empleos bien pagados, gasto público social, beneficios y prestaciones médicas para todos, educación gratuita para todos, casas baratas para todos, estabilidad de precios y estabilidad cambiaria, y pensiones y jubilaciones generosas.

La democracia no se preocupa respecto a quién, cómo y cuándo se tiene que pagar el costo de todo esto. A la democracia no le interesan las tasas de interés, ni los déficit presupuestales, ni los desequilibrios fundamentales de la balanza de pagos. Los mercados por su parte exigen orden presupuestal, equilibrio en las finanzas, prudencia en las prestaciones, límites al gasto social, y ahorro en la sociedad. ¡Estamos frente a un choque de trenes!

emsanchez@prodigy.net.mx