Descubrir la corrupción

Descubrir la corrupción
Por:
  • larazon

El reportaje es de páginas interiores, de uno de los suplementos del domingo en El País. El titular, con el lirismo típico de la nota roja, tiene lo que hace falta para que uno se entretenga leyendo entre el desayuno y el partido: “Gomorra abre sucursal en Lugo”. La noticia es más o menos vieja, un procedimiento judicial que se inició hace más de dos años, y está destinada directamente al olvido.

Se trata de una red de prostitución, en una serie de clubes en la ciudad de Lugo, donde “más de un centenar” de mujeres, casi todas brasileñas, eran obligadas a prostituirse, bajo la amenaza de ser expulsadas del país. Según el reportero, la investigación del “turbio entramado” pone de manifiesto “la podredumbre generada por los sórdidos negocios de la prostitución” y “el abyecto submundo que bulle en torno a los clubes…” Imagino que los adjetivos están ahí para que uno se ahorre el trabajo de pensar. Comoquiera, en sustancia, la investigación de la juez María Pilar de Lara ha descubierto tras el negocio una red en que están implicados policías municipales, miembros del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Civil, funcionarios del ayuntamiento y de la delegación del gobierno, funcionarios de migración, abogados, empresarios: hasta cincuenta personas por lo menos, incluyendo a los responsables de algunos de los clubes, que “disponían de una guardia pretoriana policial…”.

La investigación, según el texto del País, “ha conmocionado a los vecinos de Lugo… Y no es para menos”. Veamos. Lugo tiene unos cien mil habitantes, es decir, más o menos los mismos que Manzanillo, Taxco o San Martín Texmelucan. En todo caso, no es Nueva York. Y resulta que había cuarenta y tantos clubes de prostitución, con más de cien brasileñas, y nadie se había dado cuenta de nada. Sin duda, hay motivos para estar conmocionado cuando aparece de pronto ese “abyecto submundo” de los “sórdidos negocios”.

También es para escandalizarse el hecho de que haya policías, guardias civiles y funcionarios implicados en actos de corrupción. No llegará la sangre al río ni habrá comentarios en la prensa española porque todos sabemos que es un caso excepcional, único, que sobre todo demuestra que las instituciones funcionan con una eficacia y una honestidad indudables. Lo de la droga es otra cosa. Un misterio. España tiene por lo visto el mayor consumo per cápita de cocaína del mundo y es uno de los más seguros puertos de entrada para la droga que circula en Europa. Si fuese México ya sabríamos a qué atribuirlo, y sería otro indicador para repetir a gritos que tenemos un Estado fallido (y que por favor vengan los marines, cuanto antes). Pero es España. De modo que estamos todos, y yo el primero, dispuestos a conmocionarnos si llega a descubrirse un caso de corrupción. Que no creo.