Deterioro fiscal

Deterioro fiscal
Por:
  • larazon

Por primera vez en tres décadas, el gobierno registró un déficit en su balance primario. Esto significa que tuvo que pedir prestado, no sólo para cubrir parte del gasto, sino también para el pago de intereses, lo que muestra el grado de deterioro de las finanzas públicas.

El 2009 pasará a la historia como el año en el cual se sufrió el mayor descalabro económico de la historia moderna de México. Con la más profunda recesión medida a través del PIB y una pérdida significativa de empleos en el sector formal.

En el ámbito de las finanzas públicas, las diferentes indicadores fiscales dan cuenta del descalabro que significaron el retroceso de la actividad económica, la caída en los precios internacionales del petróleo y el desplome de la plataforma de exportación del crudo, que en su conjunto generaron un boquete de 303 mil millones de pesos. Así tenemos:

1) El Balance Público, medido a través de la diferencia entre ingresos totales y los gastos del sector público no financiero, que registró un déficit por 275 mil millones de pesos, el cual fue superior en 47 mil millones de pesos a lo aprobado.

2) Los Requerimientos Financieros del Sector Público, que sumaron 703 mil millones de pesos, al incluir la intermediación de la banca de desarrollo, los pasivos de los rescates bancario y carretero, así como el financiamiento privado de obra pública, pero excluyendo los ingresos no recurrentes.

3) El Balance Primario, que muestra la postura fiscal sin incluir el costo financiero de la deuda pública y de los pasivos garantizados por el gobierno de los programas de apoyo a deudores y ahorradores; esto es, se obtiene de la diferencia entre ingresos totales y el gasto diferente del pago de intereses (gasto primario), que fue deficitario por primera vez desde 1981, por 74 mil millones de pesos.

Esto último implica que el gobierno tuvo que endeudarse para cubrir parte de los intereses, una situación que ilustra el grado de deterior de las finanzas públicas y que ya costó la degradación de la calificación crediticia del país.

Esta situación debería ser excepcional y para revertirlo urge una verdadera reforma fiscal.

manuel.herrera@3.80.3.65

agp