¿Economía bipolar?

¿Economía bipolar?
Por:
  • arturov-columnista

Si bien cuando se habla de bipolaridad se hace referencia a un trastorno psicológico, podemos aplicarlo a una de las situaciones más preocupantes de la economía mexicana. El término, bipolar, está conformado por el vocablo latino bis, que significa “dos”, y por el griego polos, que puede traducirse como “eje”. Así, el término es perfectamente adaptable a la coexistencia de dos ejes o polos fundamentales en la economía: el sector informal y el sector formal. Ambos segmentos con una significativa importancia en el contexto del empleo y la producción nacional.

A menudo se dice, y con razón, que las diferencias bastante significativas entre ambas esferas productivas explican buena parte el atraso y la falta de crecimiento del conjunto de la economía mexicana. La estadística es clara; según datos del INEGI, el sector formal de la economía absorbe 47% del total de la fuerza laboral que trabaja (casi 53 millones de personas) y genera tres cuartas partes de la producción nacional; en tanto que el sector informal genera sólo casi una cuarta parte de lo que se produce en el país,  con 57% de la mano de obra.

De esta forma, el peso de la informalidad en el empleo es dos veces y media más de lo que representa en el Producto Interno Bruto. Ello implica que la productividad por persona en el sector formal es más de cuatro veces mayor a la productividad del sector informal.

Si bien la informalidad es problema económico de carácter global, y paralelamente su peso en el empleo ha venido disminuyendo en México (la tasa de informalidad ha caído desde 60% del personal ocupado en 2013 hasta 57% el año pasado), sus dimensiones todavía son preocupantes.

Pero una pregunta fundamental es ¿quiénes son informales? La respuesta no es sencilla. Pero a fin de no entretener al lector con una discusión metodológica compleja -pero necesaria-, podemos ubicar la informalidad en aquellos ámbitos productivos donde principalmente : (1) se evita el pago de impuestos y, por tanto, el registro de las empresas; (2) se evita el pago de contribuciones a la seguridad social; y (3) se evita el cumplimiento de normas legales del mercado de trabajo, como el pago del salario mínimo, horas laborales máximas, normas de seguridad, etc.

Las asimetrías entre ambos polos de la producción nacional formal versus informal, se manifiestan en diferentes aspectos de la vida económica y el lastre de la baja productividad del sector informal refleja algunas de las problemáticas más urgentes para el país, como son las diferencias entre el norte y sur del país, el hecho de que la mayor parte de los jóvenes y los viejos trabajan en el sector informal y que, además, corresponden a la población con menor nivel de educación, y consecuentemente se ubican en los niveles de menor ingreso.

Combatir la informalidad con políticas claras y bien focalizadas significa incrementar esfuerzos por aumentar la productividad del país y, por lo tanto, fortalecer la perspectiva de salarios más altos y mayor bienestar.

*Economista en Citibanamex. Las opiniones expuestas son responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la visión del banco.