El 2018 y el punto de quiebre en el Turismo

El 2018 y el punto de quiebre en el Turismo
Por:
  • gerardo_garcia

Es que de reiterarse, pudiera parecer que es sorna. De repetirse tanto una verdad, al menos en este caso, podría considerársele un tanto increíble.

Pero no lo es.

En este país tan proclive a las malas noticias, aquellas buenas se guardan en los cajones.

Como le dicen ahora al Mesías: parece que ningún chile embona...

El turismo en México cerró el 2017 con un récord en la llegada de visitantes internacionales y un exponencial crecimiento en su mercado interno. Se estima que se alcanzó la cifra de 38 millones de viajeros que visitan el país de otros países, lo que supondría que el país subiría incluso un peldaño en el ranking de la Organización Mundial de Turismo, alcanzando la séptima posición. En el caso del mercado interno, va un solo dato que anteayer publicaba la columnista Bárbara Anderson en el periódico Milenio: la ruta aérea que más pasajeros transporta en América del Norte es entre la Ciudad de México y Cancún, que, entre el 1 de noviembre de 2016 y el 31 de octubre de 2017 transportó a poco más de tres millones setecientos mil pasajeros –sólo para comparar, la segunda ruta es la del aeropuerto JFK en Nueva York con Los Ángeles y transporta dos millones ochocientos mil pasajeros- unos diez mil viajeros diarios sólo en esta ruta. Las cifras son impresionantes y reflejan lo que se ha advertido: la industria turística en México pasa por su mejor momento.

Y habría que ser la hora de cuidarlo.

¿Qué retos hay para el 2018? ¿Qué hacer para fomentar que este crecimiento alcance a más destinos? ¿La contienda electoral afectará en algo a la industria?

Comienzo por el final. La política electoral, por fortuna, tiene poco que ver con el trasiego de viajeros. Impactaría al mercado interno solamente si el escenario electoral se radicaliza y se genera un ambiente negativo que golpee además la economía de los mexicanos. A los viajeros internacionales no les interesan los vericuetos de las campañas. Es cierto sin embargo que las decisiones políticas bien pueden afectar el rumbo de la industria –y habrá que escuchar a los candidatos que proponen sobre el tema- pero por ahora ese no es un riesgo.

El crecimiento del sector es mayúsculo; pero concentrado en los principales destinos. Lo que ha vivido el Caribe Mexicano, Los Cabos, no se compara con ningún otro lugar en el país. Destinos de sol y playa como Huatulco, Mazatlán, incluso Vallarta y por supuesto Acapulco, no han tenido el mismo repunte, no se diga de destinos culturales o urbanos –la excepción es San Miguel de Allende-, que no gozan de las mismas cifras que se exponen. Y las razones son múltiples, pero una de las tareas de la Secretaría de Turismo y la industria turística es trabajar en la mejora del producto que se ofrece al mercado. Más infraestructura, comunicación, experiencias, calidad de servicio que los hagan crecer. No son simplemente las playas de Cancún, Riviera Maya o Cabos lo que atrae a millones de viajeros; es fundamental que cuenten con una oferta extendida de productos y servicios que alientan al mercado a viajar ahí, alertas de viaje incluidas.

Los retos tienen que ver en principio con la seguridad en los destinos turísticos y que se mantenga al menos la política turística que se ha asumido en esta administración. Que no haya trabas o medidas radicales dictadas desde alguna oficina gubernamental que desalienten el crecimiento. Por supuesto que la iniciativa privada invierta en la calidad de la oferta y en la continua mejora del producto.Y entonces seguirá la historia de éxito. Una de las pocas en este país.