El Banco Vaticano

El Banco Vaticano
Por:
  • larazon

Francisco Calleja

El Banco Vaticano es el nombre con el que se conoce al Instituto para las Obras de la Religión (IOR), cuya historia está llena de altibajos. Fundado en 1942 por Pio XII, tiene un patrimonio estimado en más de 5,000 millones de euros, pero se ha visto afectado por escándalos como su relación con la quiebra del Banco Ambrosiano del cual era accionista y cuyo presidente apareció muerto en Londres.

Recordemos que de 1971 a 1989 el IOR estuvo dirigido por el arzobispo Paul Marcinkus quien tuvo requisiciones formales por parte de la justicia italiana, aunque nunca llegó a ser procesado. El Banco y sus directivos han sido acusados de corrupción, como el caso reciente de transferencia de fondos a un banco de Sienna para comprar a un competidor o de prácticas monopólicas, al impedir que el uso de tarjetas de crédito internacionales en el Vaticano.

Como el papa es responsable último de lo que suceda con las finanzas del Vaticano, Juan Pablo II reformó el IOR en 1989 y Benedicto XVI aprobó en 2010 una ley contra el lavado de dinero, estableciendo una Autoridad para la Información Financiera como agencia independiente encargada de supervisar las actividades financieras y comerciales relacionadas con el Vaticano y cumplir con estándares internacionales.

En agosto de 2011 el Estado Vaticano logró la aprobación del Moneyval (Comité de Expertos en la Evaluación de Medidas contra el Lavado de Dinero y el Financiamiento al Terrorismo) que evaluó bien sus esfuerzos, pero dio calificaciones bajas al banco, que trabaja en las recomendaciones que recibió en 23 de 45 áreas, con el objetivo de entrar en la lista de estados con finanzas transparentes. Monseñor Ettore Balestrero, designado en 2009 subsecretario de la cancillería del Vaticano, estuvo a cargo de este trabajo hasta que fue relevado hace unos días.

Ettore Gotti Tedeschi, que fuera presidente del banco dejó de serlo en mayo de 2012 acusado de falta de cumplimiento de su deber, aunque trabajó en limpiar las finanzas del Vaticano, pero nunca tuvo el poder total, ya que el presidente del banco depende del director general del IOR, Paolo Cipriani. Para poner un ejemplo de la dificultad de su labor, las más de 30,000 cuentas abiertas en el banco corresponden sólo a religiosos, instituciones religiosas, arquidiócesis o ciudadanos del Vaticano, pero si los titulares lo permiten pueden ser operadas por otras personas y el dato de quienes son los operadores reales sólo lo conocen Cipriani y el Papa. Hace unos días se designó nuevo presidente del Banco a Ernest von Freyberg, directivo de Blohm & Voss empresa fabricante de barcos, desatando una nueva polémica porque no dejará su empresa que tiene antecedentes de fabricación de barcos de guerra.

Mañana termina el pontificado de Benedicto XVI a quien, desde el ángulo financiero, debemos considerar prudente y además esforzado en el intento de que un estado preocupado por otros temas, transparente como debe ser sus finanzas terrenales.

francisco.calleja52@gmail.com