El Canal Transístmico versión 4T

El Canal Transístmico versión 4T
Por:
  • mauricio_flores

Uno de los proyectos poco comentados del próximo gobierno de Andrés Manuel López Obrador es el Corredor Transístmico entre Salina Cruz y Coatzacoalcos, y del cual suele identificarse con la modernización —incluida doble vía— del ferrocarril que ya opera en la zona, pero que, conforme va tomando forma como proyecto prioritario, se perfila como canal interoceánico, capaz de rivalizar con Panamá.

Por supuesto que es mucho más fácil plantearlo que diseñarlo y no se diga, ejecutarlo; pero ese plan abate las deficiencias estructurales del movimiento de tren frente al naval: como bien conocen los expertos que llevarán la agencia de transporte  ferroviario, Alejandro Álvarez Retana y de la Coordinación de Puertos y Marina Mercante, Héctor López, el solo costo logístico de un tren con que realice 3 maniobras de carga-descarga en cada costa (6 y hasta 8 movimientos en total) merma la competitividad de precio de traslado de cada contenedor. Y mientras un barco puede llevar de 3 mil o 5 mil contenedores, un tren de doble estiba tal vez mueva 300 en promedio.

La región del Istmo es no sólo complicada en términos de tipo de construcción, sino también por la enorme cantidad de poblados, tipos de propiedad, usos y costumbres, así como intereses políticos locales (y sus muchas mezquindades). La ejecución del canal, requerirá una ingeniería civil tan grande como de ingeniería social, que tal vez sólo se compare con la que se desarrolla para el Tren Maya.

La construcción de ese corredor-canal ha sido una quimera para los gobiernos de los últimos 50 años, por su efecto altamente positivo para el desarrollo industrial y de servicios de costa a costa como plataforma logística global. La oposición al proyecto ha sido igualmente tenaz e incluye a algunos representantes de la Iglesia y a caciques de la zona. Pero es probable que con el cambio de régimen existan las condiciones políticas para iniciar una obra (que tomará su tiempo) también propuesta por el actual gobernador oaxaqueño, Alejandro Murat, que genera inquietud al próximo de Veracruz, Cuitláhuac García, y que está en la agenda de Javier Jiménez Espriú en la SCT.

Patadas bajo la mesa Hablando de la SCT, las grillas pululan acerca de si Jiménez Espriú acaso encabezará esa secretaría tras la decisión que se tome de la suerte de NAIM. Pero no es la única ni la última grilla antes del 1 de enero. Es sabido que diversos personajes que se sienten desplazados del nuevo gobierno, pese al apoyo ofrecido al Presidente electo, que están descontentos en diversas áreas, como Pemex, que llevará Octavio Romero; CONAGUA, encomendada a Blanca Jiménez o Salud, que llevaría Jorge Alcocer, sólo por citar algunos casos. El fuego amigo recién inicia.

¿Quién apaga la luz? Si bien es lógico que salgan Idelfonso Guajardo, Juan Carlos Baker y Kenneth Smith como cabezas del equipo negociador mexicano de acuerdos comerciales, en radio pasillo se habla de una desbandada de un selecto grupo de funcionarios. Ya le diré.