El exilio, instrumento humanitario y político

El exilio, instrumento humanitario y político
Por:
  • larazon

Salvador del Río

El exiliado mira hacia el pasado,

lamiéndose las heridas; el migrante

mira hacia el futuro, dispuesto

a aprovechar las oportunidades

Isabel Allende

La imagen del niño kurdo, Aylan Kurdi, a orillas de la playa de Bodrum, en Turquía, arrebatado por el mar junto a su hermano y su madre, tras zozobrar la embarcación en la que viajaba la familia, de la cual sólo se salvó el padre, ha dado la vuelta al mundo; lo fue también aquella fotografía mundialmente conocida de la niña vietnamita envuelta en llamas, Phan Thi Kim Phuc, conocida mundialmente como la niña del napalm, actualmente activista, ciudadana canadiense-vietnamita.

La reciente imagen de Aylan ha logrado en un instante lo que con la muerte de miles de emigrantes en el Mediterráneo, en lo que va de este año, no se había conseguido: remover las conciencias sobre la crueldad de la guerra entre hermanos musulmanes en Siria e Irak.

México, ha dado prueba en momentos críticos en el mundo de ser un país proclive al amparo de quienes, por diferentes motivos, ya sea de tipo político, por desastres naturales o guerras, buscan ayuda. Ante esta situación la canciller Claudia Ruiz Massieu, ha manifestado la posibilidad de recibir un cierto número de estudiantes sirios o algunos refugiados que huyen del conflicto entre Siria y el Estado Islámico.

Aunque la representante de la Unión Europea, Federica Mogherini, ha dicho que se ha acabado el juego de culpas, que se trata de un problema europeo y no de un país en concreto, es de pensar que al globalizarse los conflictos afectan al mundo entero, por lo que es momento de tomar decisiones y unir esfuerzos en busca de la paz. Esta guerra fratricida ha provocado el desplazamiento de cientos de miles de hombres, mujeres y niños —éstos, los más inocentes de los inocentes—, que huyen del terrorismo buscando preservar la vida, aunque muchos de ellos la pierden en el intento. El fundamentalista Estado Islámico, es ya el actor número uno en la inmensa zona sunita en Irak y Siria. Los enfrentamientos en Irak por el conflicto milenario entre sunitas y chiítas, desde la muerte del profeta Mahoma, fundador del Islam, se dan día tras día; las secuelas de la guerra por la invasión de los Estados Unidos han dejado un rastro de violencia que no

termina y se acrecienta.

Estados Unidos, Francia y los países preponderantes de la Unión Europea hacen esfuerzos para acabar con el terrorismo en Siria, pero a la vez se inclinan a derrocar al presidente Bashar al-Asad; Todas esas complicaciones han recrudecido, sin duda, el problema en ese país. Se habla ya de una previsible implicación de las fuerzas armadas de la Federacion Rusa al crear una comisión ruso-siria, al entregar armamento y enviar algunos consejeros, todo esto de manera más o menos coordinada con la Casa Blanca.

Los países europeos, sobre todo Alemania, Francia, Inglaterra y España, buscan soluciones conjuntas para paliar las necesidades y dar cabida a los emigrantes que han logrado sobrevivir en su

travesía hacia Occidente.

Asimismo, se ha revivido la discusión en torno a la práctica del asilo cuyo otorgamiento depende de la voluntad de cada país, así como la aceptación de inmigrantes desplazados por diferentes causas. Es el espíritu humanitario, de solidaridad y de conciencia el que debe regir estas decisiones, pero también la conveniencia de la comunidad internacional para la que el agravamiento de los problemas de los desplazados es un asunto que debe resolverse en aras del

progreso colectivo.

Como se ve, el llamado derecho de asilo expresado en convenios y documentos internacionales, en la práctica está sujeto a las veleidades y los intereses económicos y políticos del mundo. Por más que ha habido estudios sobre su incidencia e intentos por reglamentarlos, los fenómenos del asilo a perseguidos políticos y de migraciones de desplazados por cataclismos naturales, guerras o búsqueda de trabajo constituyen un problema de difícil solución. En cuanto al derecho de asilo, en diversas reuniones de la Organización de Naciones Unidas y en la propia Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada en 1948, se establece el deber de los estados para recibir en su territorio a perseguidos políticos o por delitos diferentes a los del orden común. Por lo que hace al problema migratorio, también en la ONU el tema se ha analizado como una situación que debe ser considerada

en forma humanitaria.

Naturalmente las economías fuertes atraen a la población de las naciones subdesarrolladas, como ocurre, no sólo entre México y Estados Unidos, sino, como ejemplo vivo, ahora Europa, donde la migración masiva va en aumento.

De no poner coto a esta situación pronto habrá miles de Aylans Kurdi ahogados en el mar.

 Gazapos. En el lenguaje curialesco, oficial y político, se construyen neologismos cuya justificación es discutible. Citemos uno: el verbo mandatar no existe en el castellano. Y sin embargo, se dice y se repite que una ley, o la Constitución, mandata tal o cual acción o disposición, sobre todo en el ejercicio de la función pública. Existe, sí, el sustantivo mandato, que es la tarea o la responsabilidad que se encomienda a una persona, generalmente por elección popular. Se le designa entonces como el mandatario, el que recibió el mandato del mandante, es decir quien lo eligió o lo nombró. Las figuras de mandante y mandatario también se aplica en los contratos del orden civil. Al igual que mandado, mandato son sustantivos del verbo mandar. Entonces, el mandatario, que no es el que manda sino el que cumple el mandato conferido por el mandante, no puede emplear el inexistente verbo mandatar. En vez de ello, puede decirse sin error que la ley manda, ordena, establece, estipula, pero no que mandata el cumplimiento de lo dispuesto.

srio28@prodigy.net.mx