El llavero de blazer

El llavero de blazer
Por:
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Javier Solórzano Zinser

Chuck Blazer era entrenador del equipo de la escuela de su hijo en EU. Un día dejó de ser técnico para convertirse en un personaje importante e influyente, primero fue en Concacaf y después lo fue en la FIFA. Su influencia fue clave para importante decisiones, entre otras la designación de sedes para mundiales y la Copa América; Blazer fue la cara del fútbol estadounidense durante años.

Las investigaciones del FBI lo ubicaban como personaje clave en sobornos y lavado de dinero. Era un elemento central para cerrar la pinza de una larga investigación. Blazer sabía mucho y era parte de la investigación.

FBI lo investigó y con todos las evidencias a la mano se fue sobre él a quien no le quedó de otra que colaborar y contar lo que sabía. Para hacerlo, él negoció en lo personal con FBI, hasta donde le fue posible, asumiendo su responsabilidad. A partir de ese momento el buró estadounidense no lo soltó y a Blazer no le quedó de otra que abrir la boca.

Las autoridades de EU necesitaban pruebas concretas, más allá de los testimonios del mediático dirigente. Para ello le dieron un llavero con una grabadora integrada. Blazer había pactado y entre que no le quedaba de otra y que estaba bajo una situación límite, se dedicó a lo largo de dos años a grabar y a provocar que sus colegas le contaran todo lo que sabían y hacían.

La detención de altas figuras de la FIFA, señaladamente de América Latina, es el resultado de largas investigaciones. A lo largo de mucho tiempo se decía que algo olía mal al interior de la FIFA y que los signos de corrupción en la designación de sedes para Copa América o Mundiales, tarde que temprano iba a conocerse, ese día llegó el miércoles.

Lo que ha pasado cuestiona en serio la forma en que está organizado el fútbol. Si en otro tiempo se argumentaba que por ningún motivo el fútbol debería estar determinado por el dinero, hoy es el dinero el que abruma y define. No sólo ha establecido la nuevas reglas sino que además ha creado una red de corrupción que ha colocado a la organización del fútbol cuestionada y desacreditada.

La FIFA tiene que refundarse. No hay manera de que siga como hasta ahora. Su actual estructura es la que ha provocado los altos niveles de corrupción.

La reacción de Blatter ante lo que pasa no deja de sorprender porque pareciera que no ha pasado nada, quiere elecciones este viernes como si no pasara nada.

El fútbol es varias cosas al mismo tiempo, entre ellas un negocio total y está visto que es la única manera en que lo han querido ver. Para la FIFA el aficionado es un elemento menor, lo que importa son los patrocinadores y el negocio. Habrá que esperar ahora que más viene porque pudiera que ser el fútbol de cancha sea también alcanzado. Usaron al juego, y por lo que representa y lo que significa socialmente no se lo merece.

 RESQUICIOS. Así nos lo dijeron el miércoles.

* Reto a Alfonso Cuarón y a Alejandro González Iñárritu a que vengan a México a hacer cine: Blanca Guerra.

solorzano52mx@yahoo.com.mx

Twitter: @JavierSolorzano