El maestro Luis con David “el grande”

El maestro Luis con David “el grande”
Por:
  • Amador

...vamos contigo David,...un recorrido que comenzó muy temprano y que tiene aquí un epílogo emocionante, vamos a esperar los últimos detalles para la llegada de los pedalistas aquí en Zacatecas. Adelante Luis. Gracias David, estamos listos en la meta, aparecen los corredores a 200 metros de la llegada, viene un corredor en solitario, solitario va a llegar hasta la meta, es Alberto Bailon, Bailon del Cideli, número 28...

Lo leo, me acuerdo y me emociono. Quien, dígame quién en los noventas no vió a través de televisión, primero por Imevision y posterior en TV Azteca, el Tour de Francia, la Vuelta a España o la Ruta México, bajo las voces de Luis Villicaña y David Failtelson, en un país donde el fútbol arrasa televisivamente y también en la cultura popular, Usted imaginaría que en punto de las dos de la tarde o 2:30 tal vez, tenías que prender el televisor para escuchar estas atinadas voces narrar el deporte de la bicicleta, el ciclismo de ruta, el cual reunía familias y maravillaba al país, todos atentos a ello. Una crónica completa, fantástica y cultural, llena de emoción; y aunque la mayoría de los televidentes no comprendían los tecnicismos como el chupar rueda, la aplaudían y disfrutaban.

Creo que tengo la dicha y sobretodo la fortuna conocer y ser amigo de ambos personajes iconos del medio periodístico deportivo del país, uno el maestro Don Luis Villicaña y el otro que muchos han catalogado como polémico y muy indagador, muy directo, analítico y sin pelos en la lengua como coloquialmente se dice; pero siempre con el sustento de la investigación necesaria de lo que va a decir, ese es David Faitelson.

En ese tiempo era un novel narrador y reportero, inmiscuyéndose en el periodismo. Amante del béisbol, gustoso del box y defensor del ciclismo. Muchos podemos recordar a David como un comunicador diferente creador pionero de los reportajes de color en el deporte, que tomaron una dimensión muy especial, con el estilo inconfundible de Faitelson, primero en Televisión Azteca y desde hace varios años en el Líder Mundial del Deporte, ESPN.

Genio y figura hasta la sepultura, así será y es Cuauhtémoc Blanco, pero por qué traerlo a colación, sin duda alguna el jugador mexicano más talentoso en la última época, con una visión dentro de la cancha única, así como su calidad, pero también es sabido sus comportamientos irreverentes dentro y fuera de la cancha.

Estos dos personajes de nuestro deporte, uno en la cancha y otro en los medios, protagonizaron hace ya 15 años, un momento vergonzoso que hasta hoy los llamados “haters” de las redes sociales no dejan de “joder al prójimo” en cuanto interactúa David con sus seguidores. Un “Bullying” directo. A todos esos les aseguro que David, no pierde el sueño.

Y es que cuando el “Cuau”, hoy candidato a Gobernador de Morelos, jugaba con él Veracruz de manera cobarde y escondido en las paredes del vestidor, le dio un puñetazo en el rostro a David Faitelson, siendo un episodio indignante a todas luces. Que no muestran otra cosa que la baja educación del tepiteño.

Si bien es cierto que Cuauhtémoc Blanco se disculpó con el periodista al día siguiente, de todos es sabido que fue más por lo que la opinión pública demandaba, que por qué realmente hubiera querido hacerlo y sentirlo. Su rabia lo lleva y llevará siempre al límite del precipicio. Lastima de leyenda.

Hace unos días en el programa de Futbol Picante, Blanco, hoy el todavía alcalde de Cuernavaca, dijo que en ese entonces Faitelson lo atacaba mucho por órdenes directas de su jefe José Ramón Fernández, pero por lo que haya sido, hoy sigue sin ser una justificación para esta artera y cobarde acción.

No hace mucho se presentó una situación similar cuando Miguel Herrera como técnico de la selección nacional, agredió física y verbalmente al folclórico narrador Christian Martinolli. Así que lamentablemente pareciera que no es ni el primero, ni el último incidente de este tipo.

Una realidad es que cada quien como individuo puede ejercer la profesión que realiza de la manera que su intelecto y carácter le deje actuar, siempre y cuando se tenga la educación y los valores necesarios para ejercerla. Los reflectores llegarán por sí solos, pero siempre se estará expuesto a la crítica.

Conocí a David en la final de la anteriormente llamada Primera División, cuando el Atlante venció a los Pumas en Cancun, y los Potros lograban su tercer título del máximo circuito. Siempre por anécdotas de Don Luis Villicaña pareciera que ya lo había conocido.

Fuimos David y yo, junto con Heriberto Murrieta, hacia el desfile y festejo del equipo con su afición a la “Glorieta del Ceviche” en un auto Chevy, imagínese Usted a 3 grandes hombres de 1.90 mts en la parte trasera del pequeño auto, realmente compactados, una imagen de caricatura.

Inmediatamente al llegar al lugar, a unas cuadras páramos y decidimos caminar, en cuanto la gente vio a David, literal, cientos le hicieron bolita solicitándole fotografías y autógrafos, como fuese una estrella de cine. Ahí vi lo enorme que es David, se tomó el tiempo para atender con gran paciencia y gusto a quien se le acercó, inclusive intercambiaba opiniones. Mientras el todo caballero “Joven” Murrieta y yo lo veíamos desde la esquina cómo accedía de manera grata.

Podría seguir platicándole experiencias con David Faitelson y su enorme corazón, mejor le digo que prenda su televisión, compre el periódico o vea el internet para ver el talento de un verdadero periodista deportivo.