El PRD en su laberinto

El PRD en su laberinto
Por:
  • larazon

Javier Solórzano Zinser

En el PRD no terminan por asimilar los resultados de la elección. Ante el avance de Morena y su crisis interna, agudizada por la misma elección, se la han pasado repartiendo culpas como si el problema estuviera fuera y no dentro del partido; de manera poco analítica, se señala a la actual dirigencia como si fuera la única responsable.

Carlos Navarrete tomó la dirección del partido, cuando la crisis ya había llegado al PRD. No tenía ni un mes al frente del sol azteca, cuando se presentó la salida de un personaje clave que tiene lo que el PRD fue perdiendo, credibilidad. La salida de Cuauhtémoc Cárdenas fue el detonante para el estallamiento de la crisis.

El PRD fue creando sus problemas. No supo cómo actuar ante un gobierno que les hizo propuestas atendibles, las cuales deslumbraron y ante las que perdió su capacidad de crítica

y autocrítica.

El PRD hizo una apuesta de riesgo al inicio del sexenio. Negoció porque quería verse como una oposición firme, pero no rijosa e intolerante. Quería verse como una izquierda moderada, moderna y con posibilidades de verse ante la sociedad como negociadora y capaz de llegar a acuerdos sustanciales.

Muchos factores jugaron en contra del PRD estos años. El más significativo está en el PRD mismo, el cual no supo transformarse. Se convirtió en una oposición pausada y contemplativa. Si bien algunas reformas, la fiscal por ejemplo, tuvieron su marca, el partido terminó por entrar en los riesgos sin armas para defenderse.

El PRD perdió de vista lo que se jugaba. Muchas de sus decisiones de estos años terminaron por romper la precaria cohesión que tenía el sol azteca. Las tribus por fin encontraron cómo enfrentar y desacreditar a Los Chuchos quienes poco o nada se ayudaron.

Las tribus en el protagonismo se manifestaron como si fueran otros los únicos responsables. En el PRD nadie quiso ver que los problemas son la evidencia de una crisis estructural. No supieron actuar ante las elecciones, porque les importaba ganar votos, no importó ni con quién ni cómo.

Carlos Navarrete puede poner su renuncia en la mesa, pero de nada sirve sin cambios estructurales, será el quítate tú para ponerme yo. Si quieren cambiar requieren de tiempo, paciencia y autocrítica, variables que desde hace varios años no están

en su vocabulario.

 RESQUICIOS. Así nos lo dijeron ayer:

* Cemeí Verdía libró tres acusaciones, ahora lo quieren acusar de delitos electorales, es el cuento de nunca acabar: Ignacio Mendoza, abogado del líder de autodefensas de Ostula, Mich.

solorzano52mx@yahoo.com.mx

Twitter: @JavierSolorzano