El PRI se sube al Titanic

Resulta inevitable hacer un balance sobre las elecciones del domingo pasado. Va un breve recuento sobre los saldos y los aprendizajes de la jornada del 5 de junio, que arrojaron ocho transiciones de gobernador.

Ganadores. El PAN, por supuesto. De las 12 gubernaturas en juego, con los resultados consignados hasta ahora y asumiendo las probables impugnaciones de los perdedores, Acción Nacional —solo o en alianza con el PRD— se lleva siete. Cuatro triunfos tienen una importancia histórica: por primera vez en 86 años Durango, Tamaulipas y Veracruz, además de Quintana Roo desde que dejó de ser territorio y se convirtió en Estado en 1974, tendrán un gobernador que no será del PRI. Así que salen de ese poco honorable club al que todavía pertenecen Campeche, Colima, Hidalgo, Coahuila y el Estado de México (los dos últimos en juego en 2017).

En otros dos casos, Aguascalientes y Chihuahua, se dará una tercera alternancia y el PAN volverá a ser gobierno local. Puebla continuará siendo panista. En cambio, en Sinaloa y Oaxaca el PRI regresa en segunda alternancia, tras ausencias de sólo un sexenio en ambos casos, que culminan experiencias de gobiernos postulados por sendas coaliciones entre el PRD y el PAN.

Otro ganador fue el INE, por coordinar con los OPLES —las autoridades electorales locales— una elección que en todo lo relativo a la logística, y a pesar de la presencia inevitable de incidentes menores, fue exitosa. Por supuesto, habrá que revisar actuaciones de algunos OPLES. Se trató de los primeros comicios coordinados por el INE sin concurrencia con elecciones federales, bajo el actual sistema nacional electoral.

Perdedor. El PRI. Junto con sus aliados, estaba obligado a defender nueve estados y se planteó conquistar los otros tres. Al final sólo consiguió cinco. Los efectos del mal desempeño económico del país, los escándalos de corrupción federales y locales, la situación de inseguridad y su sistemática

resistencia a aprobar leyes anticorrupción —entre muchos otros factores—, sumados a las particularidades de cada estado (hasta llegar a la descomposición política de Veracruz en grado superlativo), encontraron su evaluación en el juicio ciudadano. Por primera vez en la historia bajará a 16 los estados gobernados. La CONAGO se reconfigurará.

Monedas al aire. Si bien Morena refrendó ser primera fuerza en la capital del país, tampoco obtuvo un triunfo aplastante sobre el PRD. Tuvo un muy buen desempeño en Veracruz y Zacatecas, pero no se cumplieron las expectativas de ganar su primera gubernatura. El PRD resolvió que una manera de revertir la crisis en la que se encontraba desde el año pasado era apostar a las alianzas con el PAN. Los resultados del domingo ofrecen una contención en ese sentido y reavivan el debate sobre la conveniencia de sumarse a un frente opositor de cara al 2018.

Finalmente, hay que resaltar que el primer ganador es el ciudadano. Ejercer el voto sigue mostrando que es el mejor instrumento de participación política con el que cuenta para castigar a malos gobernantes, legisladores y candidatos y partidos.

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