El regreso del Mesías

El regreso del Mesías
Por:
  • larazon

Pablo Hiriart

Los seguidores y voceros de Morena deben estar muy contentos porque su líder, López Obrador, dijo ayer que será candidato presidencial en 2018. Claro, si el pueblo se lo pide.

Pero la voluntad del pueblo generalmente coincide con la voluntad de López Obrador.

Cuando no es así, como en 2006 y 2012, entonces le torcieron la voluntad al pueblo con patos, pollos y uno que otro chivo.

El ex candidato presidencial tiene poderes muy peculiares que lo hacen entender a la perfección lo que quiere el pueblo, sin necesidad de consultárselo.

Ayer en Campeche dijo que el pueblo de ese estado necesitaba a Layda Sansores como candidata de Morena a la gubernatura.

Le pidió al pueblo que por favor le ayude a convencer a Layda, como si ése fuera el problema.

Su dedo índice, que en esta ocasión apuntó a Layda Sansores, lleva literalmente encarnada la voluntad popular.

Él está por encima del pueblo. Oye sus plegarias, aunque sean hechas en silencio, y decide lo que exactamente conviene a la población.

Morena quiere ganar la Presidencia de la República en 2018, pero va a necesitar algo más que la ayuda divina, o la intervención divina de su candidato, para lograrlo.

Sus voceros se han vuelto muy previsibles, pero sobre todo anticuados.

Se convirtieron en defensores de facto de El Chapo Guzmán.

Atacan a los opositores venezolanos que protestan por el simple hecho de que no hay comida ni autoridad política sensible ante la crisis.

Se regocijan con la presencia de tanques rusos en Crimea. Les traen recuerdos y nostalgias de Budapest y de Praga.

Son de una manera de pensar totalitaria: blanco o negro. Todos los que no piensan como ellos, son sus enemigos.

Y los enemigos de sus enemigos son sus amigos, aun cuando se trate del principal narcotraficante del mundo.

Por eso se han deslizado hacia el alero de El Chapo Guzmán: porque es enemigo del gobierno y, por tanto, las circunstancias los ponen del mismo lado.

Hacen burla de los que se molestaron porque personas del estado de Sinaloa hicieran una marcha a favor de Guzmán Loera.

Los que no están del lado de El Chapo, son ricos y fariseos.

Lo que les conviene —y así hacen—, es minimizar el éxito del gobierno por la aprehensión del narcotraficante, como la minimizó López Obrador el mismo día de la captura.

Se han puesto del lado de Nicolás Maduro, aunque la población venezolana no pueda comprar comida ni papel de baño por la desastrosa política económica del socialismo bolivariano.

Los muertos en las marchas pacíficas eran “fascistas” y por tanto tuvieron su merecido.

En fin, ahí viene Morena con su Mesías de regreso. Bienvenidos a la democracia, pero por favor no intenten destruirla.

phl@3.80.3.65

Twitter: @PabloHiriart