El reto

El reto
Por:
  • Obdulio-Avila

En el 2025 se cumplirán 700 años de la fundación de México-Tenochtitlán, la urbe azteca que maravilló a Bernal Díaz del Castillo en su Historia verdadera de la conquista de la Nueva España; sobre la misma el imperio colonial español construyó la Ciudad de México, que actualmente por disposición constitucional porta el mismo nombre, paradojas de la historia, por impulso de un gobierno emanado de un partido de izquierda.

¿Cómo se festejarán los 7 siglos de la metrópoli? Desde su aparición hubo pretensiones de grandeza; Tenoch en el 1325, expresó “en tanto que dure el mundo, no acabará, no perecerá la fama, la gloria de México-Tenochtitlán”.  Al leer la constitución chilanga, puede interpretarse que sus redactores, al menos los del preámbulo, quieren incluirla como parte de la conmemoración.

Claudia Sheinbaum asumirá la Jefatura de Gobierno en breve, han transcurrido 21 años de perredismo; ahora bajo las siglas de Morena asumirán los mismos cuadros que surgieron a partir de 1988, solo cambiaron de caballo para sumar 27 años al frente de la ciudad.

Es poco probable que los festejos del séptimo centenario sean coronados con un monumento como la Victoria Alada-Ángel de la Independencia o con una Estela de Luz, pero existirá un comité de festejos y actos para conmemorarla, si bien será en el próximo sexenio el aniversario, corresponderá a este la mayor parte de los preparativos.

Será la primera ocasión para el gobierno de izquierda en la capital federal, que puede usar la preparación de una fecha emblemática en nuestras efemérides para mostrar el valor agregado de su diferenciación. Además, podrá hacerlo después de cerrar el ciclo de conmemoraciones de la gesta independentista, con la celebración del bicentenario de la Consumación en el 2021, detentando el gobierno federal y el de la ciudad.

Durante los últimos 21 años, los gobiernos de la ciudad se han empeñado en construir una narrativa basada en la creación o reconocimiento, expansión, consolidación y elevación a rango de ley de un conjunto de programas sociales y/o derechos. Ahí se ha centrado su gestión de lo público: derechos y programas sociales.

También la austeridad en el ejercicio del gasto público, y el combate a la corrupción son ingredientes del discurso público que han enarbolado.

Sin embargo, a la ciudad la carcome una creciente inseguridad pública que amenaza personas, negocios e instituciones. Sin seguridad, el disfrute de las libertades públicas es nulo. El camino al trabajo, al estudio o al esparcimiento se ha convertido en el viaje de la ansiedad, en el cual la narrativa de los derechos suena hueca, como simple propaganda de un gobierno al que se le escapa el primer deber: proteger a los suyos.

El festejo deseable de nuestro séptimo centenario, debería ser una ciudad en la que trabajemos sin temor al asalto del delincuente o del servidor público. Un espacio seguro para el disfrute de los derechos reconocidos.