El turismo en los tiempos del terror

Es que no podría resultar peor para ellos. Un país que en el último año ha sucumbido en una crisis derivada del fundamentalismo islámico, la relación con Rusia, y con el impacto que genera el terror. Una potencia turística mundial que necesariamente se verá impactada por lo que ha sufrido en los últimos meses. Un golpe demoledor que hará variar los flujos de viajeros en el año que recién comenzó.

Turquía fue en el 2014 el sexto país en el mundo que recibió el mayor número de turistas. Casi cuarenta millones de viajeros –Diez millones más que México, por comparar- visitaron sus ciudades y playas. Su oferta cultural, sus condiciones geográficas, su cercanía con importantes mercados emisores de viajeros –Alemania, Rusia, por citar los dos principales clientes- le permitió que su industria turística floreciera siendo, similar a México, su tercer motor económico. Una potencia turística que se encuentra en estos momentos en las peores condiciones.

Primero fue la crisis con Rusia. Derivado del derribo de un avión militar de este país, el presidente Vladimir Putin ordenó no sólo casi romper relaciones diplomáticas, sino que su gobierno emitió advertencias precisas a sus ciudadanos para que no viajaran a ese país. Apenas esta semana, un terrorista perteneciente al Estado Islámico –ISIS- se hizo estallar en una zona turística de Estambul –la ciudad más visitada- y nueve turistas alemanes murieron. Los atentados terroristas, además, se han sucedido desde que se recrudeció la guerra que sostiene ISIS en Siria. El asunto es que hoy en Alemania se discute la posibilidad de alentar a sus ciudadanos a no viajar a Turquía por las condiciones que hoy ahí persisten. Rusia y Alemania, vale decirlo, le aportan a este país poco más del sesenta por ciento de sus visitantes. Sería algo similar a si los estadounidenses dejaran de viajar a México. Una debacle, pues.

La caída de Turquía en el mercado turístico será en efecto una consecuencia lógica de la situación que vive. No se trata de atentados en lugares aislados, sino ya directos en contra de los turistas. De la misma manera que sucedió en Bali, en 2002, el último atentado fue planeado para golpear a visitantes. Lo que esto genera, sumado a todo lo que ha padecido este país, pues en efecto le ha hecho caer dramáticamente en las llegadas de viajeros. Los informes de la industria reportan que más del cincuenta por ciento de reservaciones para el verano se han cancelado. Eso, más lo que se sume de ahora en adelante, en tanto no parece que en el corto plazo las cosas cambien.

¿Y qué sucederá con los turistas que dejen de ir a Turquía?

El martes próximo comienza en Madrid la Feria Internacional de Turismo; uno de los eventos más importantes del mercado a nivel mundial. Ahí se comercializan millones de viajes y de alguna manera se presentan las tendencias del año que recién arranca. Será muy interesante observar, por ejemplo, el nuevo flujo de viajeros tras los atentados terroristas en Europa; a dónde irán los turistas alemanes que dejarán de ir a Turquía; a donde los rusos, aunque en efecto su moneda no está en las mejores condiciones. Qué le significa al mercado mundial una realidad que impacta en todos los sentidos a regiones enteras.

Y sí, México tiene una buena oportunidad de captar una parte de este flujo de viajeros. Así lo es.

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