Elección en CDMX en puerta

Para todos aquéllos a los que les pasó de noche la elección de la Asamblea Constituyente del 5 de junio, probablemente estén menos familiarizados aún con la otra elección, que en tan sólo unas semanas, tendrá lugar en la Ciudad de México. El 4 de septiembre los capitalinos tendremos una nueva cita con las urnas. ¿Qué se elige? Aquí un breve análisis.

Elección concurrente. Cada tres años, como es el caso actual, coincide la elección de comités ciudadanos y consejos de los pueblos —que duran tres años en el encargo— con la consulta ciudadana sobre el presupuesto participativo, que se realiza de manera anual. La importancia de ambas elecciones reside en que se trata del nivel más cercano en que los habitantes de la Ciudad de México podemos incidir en la toma de decisiones sobre algunos servicios y tener contacto con los vecinos, quienes son los que proponen los proyectos.

Se trata de decidir sobre proyectos que pueden mejorar de manera inmediata a las colonias y pueblos capitalinos: alumbrado público, recuperación y equipamiento de espacios públicos con fines recreativos, cámaras de vigilancia o alarmas vecinales, centros de lactancia, entre otros, los cuales serán propuestos y monitoreados por los vecinos electos en las fórmulas ciudadanas. La otra parte tiene que ver con la bolsa de recursos para financiar dichos proyectos: más de 800 millones de pesos (al menos 3% del presupuesto de las delegaciones), que es superior al que para los mismos fines se destina en urbes como Londres o Nueva York.

Participación. Se registraron para participar poco más de 6,600 fórmulas —sólo en 17 colonias no se presentaron candidatos para comités ciudadanos— y 18,500 proyectos (40% más que los 13,284 que se registraron el año pasado). Si se trata de una alternativa de participación ciudadana que en principio resulta tan benévola, ¿por qué tiene tan bajo interés dentro de la ciudadanía? Históricamente, el rango de participación ciudadana ha estado por debajo del 5% de la lista nominal del INE en la capital del país.

Problemática. A pesar de los esfuerzos que realiza el IEDF para promocionar ambas elecciones, hay algunos problemas estructurales que sería importante resolver, en el ánimo de incrementar la participación. Para poner un parámetro de comparación reciente, el Constituyente tuvo una participación del 27%, siendo que se trataba de una elección muy abstracta, de difícil comprensión para el ciudadano y —como demostró el monitoreo del INE— sistemáticamente ignorada por los medios de comunicación. En este sentido, ayudaría a que se hiciera una modificación legal para que en los años que se realice la elección para jefe de gobierno, diputados locales y delegados, se vote también en la misma jornada para comités ciudadanos y presupuesto participativo. Así, de manera automática, se elevaría la participación ciudadana. Tampoco hace sentido mantener la prohibición de que los candidatos puedan promocionarse en radio o televisión, ni el que la viabilidad de los proyectos dependa de las delegaciones (que pueden desecharlos con cierta discrecionalidad); y, por supuesto, promover efectivamente que la ciudadanía se involucre y explote este importante canal de participación política.

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