Enfrentados: seguramente perderán

Enfrentados: seguramente perderán
Por:
  • larazon

Bibiana Belsasso

Al momento de escribir estas líneas aún no concluía la elección interna del PAN, pero, independientemente del resultado, lo que sí sabemos es que ese proceso dejará heridas que serán difíciles de cerrar para el panismo.

Se presentaron denuncias de todo tipo, como nunca antes en una elección panista: desde urnas embarazadas hasta grabaciones ilegales de llamadas telefónicas de opositores internos. Pero más grave ha sido que los precandidatos se hayan dicho, sobre todo en el caso de Ernesto Cordero contra Josefina Vázquez Mota, literalmente de todo.

Dirán muchos panistas que está bien que incluso los partidos estadounidenses realzan sus primarias con mucha más virulencia que la que ha mostrado el PAN en este proceso de selección de candidato, pero olvidan que la idiosincrasia de la política estadounidense es muy diferente a la nuestra y también que a la gente en México no le gustan los pleitos interpartidarios, no ve con buenos ojos que los mismos militantes de un partido se agredan o se confronten, más aún cuando, como ocurre con demasiada naturalidad en nuestro caso, ese debate o confrontación se termine desviando casi siempre hacia temas personales, hacia el carácter o las insuficiencias de un aspirante del mismo partido. La idea de que la ropa sucia se lava en casa o que los secretos se dicen en la discreción de un confesionario, sigue primando entre la gente, sobre todo cuando hablamos de política dentro de los partidos. El PRD y el PRI han pagado un costo muy alto por esas divergencias y rupturas internas y parece que ahora le ha llegado su hora al PAN. Tanto es así que el PRD y el PRI han aprendido de su pasado, para esta elección, trabajaron de una manera “civilizada” por lo menos ante la opinión pública. El proceso por supuesto no fue sencillo y se dieron con todo, pero en lo obscurito. Manlio Fabio Beltrones ha dicho que se bajó del proceso de elección interna del PRI para que su partido se consolidara, y Marcelo Ebrardo actuó de la misma manera. El PAN no debería pasar de la jornada electoral de hoy sin un ganador, y más probablemente una ganadora que pueda comenzar ya la campaña electoral, pero también la operación cicatriz que ese partido necesitará en forma irremediable. Hace ya algunas semanas en esta columna decíamos que Vázquez Mota y Cordero deberían haber llegado a un acuerdo que les permitiera sumar fuerzas, una mancuerna para buscar ganar la campaña presidencial. No sólo no lo hicieron así, sino que polarizaron aún mucho más sus enfrentamientos. Se equivocaron y sea cual sea el resultado electoral de anoche, si no existe una integración real de las distintas corrientes del blanquiazul en los próximos días, la situación se repetirá en la votación para los cargos legislativos y el PAN estará al borde de una ruptura tácita. Y si es así pagará el costo en las próximas elecciones federales.

bibibelsasso@hotmail.com

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