Eviel Pérez no se convertirá en un fiscal

Eviel Pérez Magaña compareció ante el pleno de la Cámara de Diputados con motivo de la glosa del Sexto Informe de Gobierno y explicó que la administración de Peña Nieto entrega un legado en materia de política social que se traduce en la reducción de la pobreza extrema y en la disminución de carencias sociales.

El funcionario dijo que su función no será convertirse en fiscal, pero tampoco tapará a funcionarios que hayan cometido irregularidades.

En este contexto, el funcionario federal subrayó que “le cumplimos a la democracia y le cumplimos a los mexicanos”. Pero reconoció que en la actualidad los ciudadanos demandan cambios orientados al abatimiento de la pobreza y la desigualdad y puntualizó que “los nuevos liderazgos políticos tienen el reto de estar a la altura de estas expectativas”.

Y reiteró su disposición de continuar con el diálogo respetuoso que ha prevalecido en esta administración con los representantes del Poder Legislativo. En la instrumentación de programas sociales y políticas públicas para combatir la pobreza se superaron esquemas asistencialistas para abrir paso al ejercicio pleno de derechos de la población.

Reveló que la vida de millones de personas en el país se ha transformado y prueba de ello, dijo, son los resultados que arroja la medición del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), entre los que destacan:

2.2 millones de mexicanos dejaron atrás la pobreza extrema. Las seis carencias sociales, medidas por el CONEVAL, están en su mínimo histórico. Destaca el hecho de 6.2 millones de personas que ahora cuentan con servicios de salud, 3.4 millones con seguridad social y 2.8 millones con acceso a la alimentación. Como resultado, 4.5 millones de personas ya no son pobres y tampoco vulnerables.

Las mujeres ocupan un lugar central en la política. 23 millones de mujeres, cuatro de cada 10 mexicanas, participan en los programas sociales que implementa la Sedesol.

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En la Cámara de Diputados, en abono a la austeridad y a la tijera, las Comisiones se redujeron a 45 y las once recortadas se fusionaron con otras para evitar la duplicidad, como, por ejemplo, la de Cambio Climático se fusionó con la de Medio Ambiente, mientras que Agricultura y Sistemas de Riego, se sumaron para formar solo una Comisión; Competitividad se fusionó con la de Economía y Comunicaciones se juntó con la de Transportes.

Un tema muy importante es que en San Lázaro desaparecieron 46 Comisiones Especiales, que la verdad, nunca probaron su eficacia o fundamentaron para qué fueron creadas; lo que sí, es que Morena volvió a aplicar su aplanadora, es decir, su mayoría y se adjudicó la presidencia de 22 de esas y obvio las más importantes.

Fue Mario Delgado el que dio a conocer esta importante información que tiene como objetivo lograr una mayor eficiencia en el trabajo legislativo.

En este acuerdo de los líderes parlamentarios de la Cámara Baja, el PAN se quedó solo con siete Comisiones, mientras que el PRI, se volvió a ver humillado porque prácticamente Morena ya lo considera parte de la llamada “chiquillada”.

Pero quien está muy molesto es el exdirigente nacional del PRI y hoy diputado federal, Enrique Ochoa Reza. Nos cuentan que su coraje fue mayúsculo luego de que el coordinador de la bancada, René Juárez, anunciara las presidencias de comisiones que negoció en la Junta de Coordinación Política. Juárez quedó muy satisfecho por quedarse con Economía, Comercio y Competitividad, pero Ochoa ya se hacía presidente de la Comisión de Energía, de la cual lo bajaron de último momento.

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Hace unos días, luego de que en San Lázaro la mayoría de MORENA aprobara rápida y atropelladamente una minuta -que tenía casi 9 años en el congelador legislativo-, para evitar que en el sector público nadie gane más que el presidente, a fines de semana la aplanadora senatorial morenista revivió sorpresivamente otra minuta, ésta para ratificar el Acuerdo 98 de la OIT.

La obviedad nos dice que ambas aprobaciones echando enfrente la mayoría legislativa de MORENA fueron antes palomeadas por Andrés Manuel López Obrador, quien ya comienza a ser como aquellos presidentes priístas del siglo pasado que estaban enterados de todo, y sin cuya voluntad no se movía ninguna hoja del árbol político en el país.

La sorpresiva ratificación del Acuerdo 98 de la OIT inquietó de inmediato a los grandes dueños del capital, porque significará no sólo el fin de los sindicatos blancos con los cuales el empresariado ha mantenido sometidos a millones de trabajadores, sino que abrirá la puerta a una regulación salarial al alza.

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“El PRI integrará la perspectiva de género como eje transversal de su agenda legislativa en el Congreso de la Unión”, afirmó la presidenta del Organismo Nacional de Mujeres Priistas (ONMPRI), Hilda Flores Escalera.

Al reunirse con diputadas y diputados federales priistas, Flores Escalera pidió su respaldo para hacer de las mujeres una parte fundamental en el desarrollo del país y colocarlas en el centro de las actividades legislativas.

“Impulsaremos una agenda integral en materia de igualdad de género, porque la visión de nuestro partido es la de un país en el que no haya discriminación alguna en la aplicación de la ley, un Estado donde las políticas públicas contribuyan a garantizar los derechos de las mujeres y las niñas mexicanas”, puntualizó.