Extraditarlo, ¿por qué?

Extraditarlo, ¿por qué?
Por:
  • larazon

Pablo Hiriart

La gran mayoría de los mexicanos está a favor de extraditar a Estados Unidos a Joaquín Guzmán Loera, pero no necesariamente es la mejor opción. Ni siquiera la más segura.

Se entiende la opinión mayoritaria en pro de la extradición, porque es quitarse un problema de encima y evitar posibles muertes de jueces, custodios y funcionarios.

Pero El Chapo fue aprehendido por delinquir en México y debe pagar en México. Es un cuento eso de que “en Estados Unidos no salen”.

Sí hay preocupación por lo ocurrido con Rafael Caro Quintero, pero su salida de prisión se dio por orden de un juez, después de 25 años de estar en la cárcel.

Miguel Ángel Félix Gallardo y Ernesto Fonseca Carrillo, Don Neto, no vieron la luz desde su aprehensión, en 1990 y a fines de los 80, respectivamente.

En cambio grandes capos que han sido detenidos en México y enviados a Estados Unidos, allá son tratados con una insólita laxitud.

Osiel Cárdenas, quien fuera el jefe del Cártel del Golfo y que reclutó a integrantes de grupos especiales del Ejército para fundar una red de sicarios —Los Zetas—, fue detenido en México y extraditado a Estados Unidos.

Allá le retiraron las tres cadenas perpetuas que tenía y todo quedó en una condena de 20 años de prisión, previo pago de una multa.

Aquí estaba preso en una cárcel de alta seguridad y lo enviaron a Estados Unidos cuando supuestamente mandó matar a un juez por no diferir una audiencia.

En unos quince años saldrá libre Osiel, quien actualmente se encuentra en una cárcel de mediana seguridad en la Unión Americana.

A Francisco Arellano Félix, detenido a raíz del asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, y posteriormente extraditado a Estados Unidos, lo soltaron en California.

En 2010 fue extraditado el ex gobernador Mario Villanueva, y como por arte de magia fue liberada y exonerada su ejecutiva bancaria, Consuelo Márquez, que estaba acusada de lavar millones de dólares para Villanueva.

Un gran jurado federal de Estados Unidos la había acusado en los siguientes términos: “En su carácter de ejecutiva registrada, Márquez estableció cuentas en Lehman Brothers a nombre de empresas en paraísos fantasmas controladas por Mario y Luis Ernesto Villanueva y coordinó una serie de transferencias a fondos producto del narcotráfico”.

A unas cuantas semanas de que Villanueva llegó a Estados Unidos, Consuelo Márquez salió libre de polvo y paja.

Por alguna razón desconocida, la justicia de Estados Unidos, a la hora de hablar con Villanueva, resolvió que quien le manejaba las cuentas y según ellos le lavaba el dinero ya no coordinaba transferencias de fondos provenientes del narcotráfico.

Allá se acogen al programa de testigos protegidos, dicen lo que la DEA quiere que digan, y luego se esfuman en el anonimato, que es la antesala de la liberación.

El Chapo tiene delitos pendientes en Estados Unidos, pero se escapó mientras cumplía una condena en México.

phl@3.80.3.65

Twitter: @PabloHiriart