FCH y los riesgos de la crisis de los cincuenta

FCH y los riesgos de la crisis de los cincuenta
Por:
  • larazon

Salvador Camarena

A cinco mil pesos el cubierto (deducible de impuestos, pues es “donativo”), es fácil calcular que el miércoles, quitando gastos, el ex presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa, pudo haber recaudado un millón de pesos en la cena que marcó su retorno.

Ese monto le dará gasolina para iniciar los trabajos de la Fundación Desarrollo Humano Sustentable, desde el cual el ex mandatario quiere, entre otras cosas, vender servicios de consultoría.

Descontado como está que algunos de los principales salarios de su organización los paga el erario público —19 personas de su staff tenían el año pasado sueldos que se pagaban con impuestos, abuso incomprensible en un heredero de don Luis Calderón Vega—, pero calculando eso, el millón de pesos le alcanzará para gastos operativos de varios meses. La cuestión es de dónde vendrán los siguientes recursos, porque para qué materia un gobierno o una empresa contrataría los servicios de Calderón Hinojosa.

A partir de sus resultados en Los Pinos, no veo que pueda aconsejar en asuntos de combate a la delincuencia, o de recaudación fiscal, o de atajar la corrupción, o de eficacia gubernamental, o de negociación política con el Congreso, etcétera. Quizá el ex presidente podría, eso sí, aportar algunas lecciones en manejo de contingencias (inundaciones de Tabasco —mas no en reconstrucción del mismo—, crisis de la influenza AH1N1, y aconsejar sobre lo aprendido en la última parte de su estrategia en Ciudad Juárez, cuando supo ceder a la mesa ciudadana de seguridad Todos Somos Juárez el control del rescate de esa población); de igual forma quizá pueda enseñar algo sobre desregulación en trámites, sobre el calentamiento global o sobre el manejo sin mayores sobresaltos de factores macroeconómicos para tener un modesto crecimiento. De ahí en más, y siempre a riesgo de ser injusto, no se me ocurre materia pública en donde su sexenio pueda aportar lecciones con respecto a logros.

Ahora bien, esta iniciativa de Calderón al menos provoca dos inquietudes. Si va a ser un proveedor de servicios de consultoría y análisis estratégico, y por la cantidad de información que tuvo y tiene sobre México, el riesgo de caer en conflicto de intereses es enorme. ¿Se vale, por ejemplo, que dé asesoría a una petrolera extranjera? ¿A un banco trasnacional? ¿Se vale que les diga a los hoteleros de otros países cómo lidiar con los factores del medio ambiente en las playas de México?

La otra inquietud es respecto al ruido que el retorno de Calderón va a generar en materia política. La lista de asistentes del miércoles incluyó, por ejemplo, tres consejeros independientes de Pemex o los integrantes de la Comisión Reguladora de Energía. No creo que eso haga nada de gracia a la actual administración federal.

Ayer ,en entrevista con Ciro Gómez Leyva, Calderón dijo que tiene que encontrar su propio sitio, que a su edad no se ve yendo a jugar golf, ni viendo la vida pasar. De acuerdo, le llaman la crisis de los cincuenta, pero ¿por qué tiene que tratar de resolver esa duda sobre su futuro emprendiendo una aventura con cargo al erario (por los salarios de su staff), metiendo ruido a México, y quizá otorgando información a extranjeros, siempre encantados de tener a un ex presidente a sueldo?

salvador.camarena@razon.mx

Twitter: @salcamarena