No fue una mariguanada del secretario De la Madrid

No fue una mariguanada del secretario De la Madrid
Por:
  • gerardo_garcia

El peso de las palabras él lo conoce bien. Un hombre formado en un sistema político en el que las "opiniones personales" de un funcionario público nunca son tales. Él, crecido en la ortodoxia, sabía y sabe la razón y el destino de la declaración que movió tantas conciencias y generó tanto revuelo.

Más allá de lo lógico que pueda parecer, su razón tendrá.

Ya se ha escrito y hablado mucho de la polémica propuesta del secretario de Turismo, Enrique de la Madrid, sobre despenalizar el uso y consumo de mariguana en dos entidades netamente turísticas: Quintana Roo y Baja California Sur. El motivo: la afectación que le genera a los destinos turísticos la violencia que genera el narcotráfico.

“Cuando menos en las zonas turísticas deberíamos legalizar el uso de la mariguana. Nos haría un enorme daño perder esos destinos por temas de combate al narcotráfico. Yo creo que el hacer legal no sólo el consumo sino la producción y venta de mariguana contribuiría junto con otras acciones a (tener) destinos más seguros”, fue la declaración que agitó el avispero. Una que sacó a relucir de nueva cuenta tanto la ignorancia como la hipocresía de una clase política que, parafraseando al clásico, "nomás no entiende que no entiende".

Desconozco la razón de fondo que motivo "la declaración a título personal" del secretario De la Madrid. Si en efecto fue solamente derivada de lo que él ha visto en Los Cabos, Cancún y Riviera Maya en este tema y su opinión se sustentó en una reflexión profunda de ello. No sé tampoco si, como ayer lo publicaba en una columna en el periódico Excelsior Pascal Beltrán del Río, se trató de una muy buena estrategia de la campaña de José Antonio Meade destinada a obligar a una definición del candidato de Por México al Frente, Ricardo Anaya, que tiene en sus aliados –PAN, PRD y Movimiento Ciudadano- una división profunda de opiniones sobre el tema de la despenalización de la mariguana. No sé si se buscaba quitarle el control de la agenda mediática al candidato de Morena, Andrés Manuel López Obrador, lo que se logró por unos días, con un tema altamente polémico y que genera interés en el elector.

No sé, pues, sus motivos.

Lo que sí sé, porque lo vivo a diario, es que la venta de drogas en los destinos turísticos es tan pública y abierta como si se tratara de un mercado de artesanías. Que en Cancún existe el "Callejón de los Milagros", en el corazón de la zona hotelera, donde se comercializan abiertamente todo tipo de drogas. Que igual sucede en la Quinta Avenida de Playa del Carmen y que nadie, ninguna voz, en esos destinos se alza en contra de ello. Todos optan por mirar a otro lado por una razón: los consumidores son cientos de miles de turistas que demandan la droga que ofertan ahí.

Esa, la realidad.

No sé cuál es el porcentaje que significa la mariguana en el total de drogas que se consumen en estos destinos. Quizá sea menor que la cocaína o las metanfetaminas o todo lo que ofertan. Quizá no. Pero de que la propuesta del secretario de Turismo podría, de convertirse en realidad, significarle un golpe económico a los cárteles al regular su venta, es una realidad. Que ello podría significar una reducción de la violencia. Que en Cancún, donde a diario se multiplican las ejecuciones de narcomenudistas, podría ser una de las cosas que se necesitan para cambiarlo.

Yo sí aplaudo esa propuesta. Por la razón que la haya hecho.