Gloria e infierno en las redes

Gloria e infierno en las redes
Por:
  • larazon

Mónica Garza

Por increíble que parezca, resulta que hoy el complejísimo mundo de la comunicación puede reducirse a ¿cuántos seguidores tienes en

Twitter?, ¿quién te sigue?, ¿quién te “favoritea” o cuántos dan RT a tus tuits?, si eres parte del trendig topic del momento, o mejor aún, si tu propio nombre lo es.

¿Quién eres en Twitter? Para muchos determina si eres “alguien” o no. Y lo más peligroso de este asunto es que toda una trayectoria puede verse borrada de un pincelazo si no eres “popular” en las redes sociales, o si de pronto lo eres con motivo de burla y es aún peor.

Esta semana, realmente me sorprendió lo que ocurrió con la figura de la periodista Lilly Téllez a partir de su participación en el programa especial de televisión “Conversaciones a Fondo con Enrique Peña Nieto”, moderado por el periodista y director del Fondo de Cultura Económica José Carreño Carlón, en el cual un grupo de seis célebres periodistas cuestionaron al Presidente de México sobre sus reformas estructurales recién aprobadas.

Por supuesto que desde que se anunció la transmisión del programa —en radio y televisión abierta— se adivinaba que las críticas lloverían, al formato, al moderador, a la selección de periodistas, ¿por qué ellos y no otros?, que si las preguntas “a modo”, que si el discurso predecible del Presidente, etcétera.

Durante la entrevista al mandatario federal que duró 90 minutos, en las redes sociales la mayor parte del tiempo #LillyTellez (22 mil 454 seguidores) se llevó la noche. Fue “el blanco” por sus preguntas, por su mirada, que si sus “coqueteos”, y los señalamientos fueron subiendo de tono, hasta convertirse —en algunos casos— en faltas de respeto misóginas e inmerecidas para una mujer periodista, cuyo trabajo puede gustarnos o no, pero si la invitaron para estar ahí sentada fue por las mismas razones que invitaron a los otros cinco, que pueden ser sujetos a distintas opiniones por sus estilos y agendas, pero improvisados no son.

Lilly Téllez, ha sido esta semana objeto de burlas por la forma en la que hizo su trabajo la noche del martes, mismo trabajo por el que en otro momento ha sido objeto de reconocimiento y atención.

Pero esas son de las cosas que hacen las redes sociales. Un tuit de “arrojada creatividad” puede sumergir a la comunidad en una amnesia profunda. Yo no sé a ustedes, pero a mí me parece injusto.

Lilly Téllez tiene muchos años reporteando. Empezó muy jovencita en el Canal 6 de Hermosillo donde dio el salto a las noticias. Rapidito se volvió un dolor de cabeza para algunas autoridades locales, esa “muchachita” que andaba con su micrófono primero denunciando baches en las calles, y luego el uso indiscriminado de pesticidas en un campo donde vivían niños y cuya denuncia le costó su primera chamba en televisión.

Con 25 años llegó a la ciudad de México y a la entonces recién nacida TV Azteca. Para finales de los noventa ya había sido titular de casi todos los noticieros de la barra informativa de la televisora, fue incluso la asignada para cubrir las giras del entonces presidente Ernesto Zedillo.

Lilly ha sido sobre todo una reportera de calle, no de escritorio como tantos. Pero lo que la hizo destacar fueron sus investigaciones sobre corrupción y crimen organizado cuando el tema era todavía muy subterráneo en nuestro país.

¿Cómo olvidar su primer reportaje denunciando una propiedad impresionante que le pertenecía a los Arellano Félix en Ensenada? Envalentonada con sus denuncias la Téllez todavía se fue a buscar las propiedades de otro personaje, hasta entonces desconocido, llamado El Mayo Zambada. Ingenuamente temeraria, seguro ni alcanzaba a medir el riesgo que estaba tomando.

El atentado del que fue víctima Lilly Téllez, en el año 2000, mientras realizaba otro trabajo sobre la figura del entonces procurador de justicia capitalino Samuel del Villar es capítulo conocido y juzgado por todos, por algunos incluso injustamente, pero esa es otra historia.

Como dice el dicho, “el que se lleva se aguanta”, y el trabajo periodístico de Lilly Téllez seguirá sometido a todo tipo de opiniones mientras continúe siendo una persona pública. Pero de ninguna manera 25 años de trayectoria se pueden reducir a la vulgaridad de un “meme”.

monica.garza@razon.mx

Twitter: @monicagarzag